| martes, 20 de noviembre de 2012 h |

La distancia anogenital se reduce en aproximadamente medio milímetro por cada diez picogramos de dioxinas medidas por gramo de lípido.Así ha concluido un estudio, dirigido por el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona, en el que han participado un total de 700 mujeres embarazadas y sus recién nacidos en Grecia y España. “La distancia anogenital es un marcador sensible a las alteraciones endocrinas”, explica Marina Vafeiadi, una de las autoras principales del artículo, que asegura que esta menor distancia se relaciona con “hipospadias, criptorquidia y menor calidad del semen e infertilidad en hombres jóvenes”.

Las dioxinas, que son transmitidas por la madre al niño a través de la placenta durante el embarazo y, tras el nacimiento, vía lactancia materna, se encuentran sobre todo en alimentos ricos en grasas, principalemnete de origen animal, como carne, prodctos lácteos o pescado. Esta exposición, si bien se ha reducido ya considerablemente en los países industrializados, Manolis Kogevinas, coordinador del estudio y director científico del CREAL, reconoce que “el control eficiente de los compuestos persistentes requiere largos periodos de tiempo para ser eficaz”.