Gaceta Médica Barcelona | jueves, 30 de junio de 2016 h |

Un equipo de cirujanos del Hospital Clínic de Barcelona ha realizado con éxito la primera implantación en España de una válvula aórtica descelularizada para su reemplazo cuando está dañada. Se trata de válvulas de aorta humanas, procedentes de donantes, a las que se les quitan todas las células. El hecho de eliminar las células debe minimizar los riesgos de rechazo y por tanto la disfunción valvular y calcificación del injerto. El éxito de la primera intervención ha permitido ya realizar una segunda y está previsto hacer una tercera en unas semanas. En los próximos 2 años se estima que se realizarán en el Clínic unas 20 implantaciones más de estas válvulas.

La intervención la ha realizado un equipo encabezado por Eduard Quintana, cirujano cardiovascular del Instituto Clínic Cardiovascular (ICCV), en el marco del proyecto Arise, un proyecto europeo de Horizon 2020 que evalúa los resultados de esta nueva válvula en 6 de los principales centros de cirugía cardiaca de Europa.

Las válvulas humanas sin células (descelularizadas), o homoinjertos no criopreservados, tienen el objetivo de superar muchos de estos obstáculos. Se trata de válvulas que provienen del corazón de un donante a las que se les elimina por completo las células y queda sólo la estructura de la matriz de colágeno. De esta manera se minimiza la respuesta inmune a la válvula biológica implantada. “Además, los pacientes no necesitan anticoagulantes de forma permanente y los injertos tienen un orificio que permite la circulación de forma más efectiva, al contrario de lo que ocurre con las otras prótesis comerciales. Se espera que su durabilidad supere a las bioprótesis y los homoinjerts clásicos”, explica José Luis Pomar, coordinador del estudio Arise en Barcelona.

En la intervención realizada en el Clínic, el paciente tenía una estenosis aórtica grave (disminución del orificio de la aorta) con insuficiencia cardíaca y una dilatación de la raíz de la aorta. La intervención permitió corregir el defecto de la válvula y, a la vez, sustituir la raíz de la aorta con el mismo homoinjerto. El paciente esperó más de un mes el procesamiento valvular especial para la eliminación de las células una vez se dispuso de un donante apropiado. “Aunque la técnica de implante es más compleja que una sustitución valvular aórtica convencional, el postoperatorio transcurrió sin incidencias y el paciente fue dado de alta a los 6 días del ingreso”, explica Eduard Quintana. “Ahora se encuentra en muy buena condición, el homoinjerto funciona perfectamente y se han resuelto los síntomas de insuficiencia cardíaca”, añade.