Como cada año los Premios Best in Class (BiC) calientan motores para reconocer la calidad en la atención al paciente. Los cuestionarios, revisados y actualizados por las sociedades científicas correspondientes, ya están en la web premiosbic.com preparados para que los candidatos que lo deseen puedan inscribirse y autoevaluarse.
De este modo, cada año hay cambios en las cuestiones que hay que cumplimentar y en función de las cuales se obtiene una puntuación. Es el caso del formulario al Mejor Servicio de Cardiología, que ha incluido en esta ocasión cinco nuevas preguntas sobre calidad en la anticoagulación a instancias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
“Hemos incluido como elemento novedoso de la evaluación en esta convocatoria la calidad del tratamiento con anticoagulantes orales, debido a que es problema muy serio, ya que la fibrilación auricular (que es el principal motivo por el que los pacientes precisan anticoagulación crónica) tiene una muy elevada prevalencia (un estudio reciente llevado a cabo por la SEC, Ofrece, ha encontrado una prevalencia de más del 4 por ciento en la población adulta española) y un alto riesgo de ictus u otras embolias”, señaló Manuel Anguita, presidente electo de la sociedad, aclarando que este riesgo se puede reducir mucho con una correcta anticoagulación.
Así, hasta hace pocos años, solo estaban disponibles los antagonistas de la vitamina K, “que son fármacos eficaces siempre que los niveles de anticoagulación sean adecuados”. Sin embargo, según especifica Anguita, varios estudios recientes demuestran que la calidad de esta anticoagulación con AVK no es buena en España, estando casi la mitad de los pacientes mal controlados. Con los nuevos anticoagulantes de acción directa, “tan eficaces en la prevención de ictus y con menor riesgo hemorrágico que los AVK”, hay muchas alternativas para estos pacientes.
A juicio del presidente electo de la SEC hay dos problemas fundamentales: la falta de control adecuado en muchos pacientes que toman AVK (y a los que se podría cambiar a los nuevos anticoagulantes directos por cumplir los criterios del IPT de estos fármacos); y las restricciones impuestas por las administraciones para el uso de estos anticoagulantes directos, más caros que los AVK, ya que se exige un visado, con normas variables según las diversas CC.AA. Este y otros factores hacen que la tasa de uso de estos fármacos en España sean muy bajos (en relación a la mayoría de los países de nuestro entorno) y que además sea muy variable según las comunidades, apunta el Anguita. “Desde la SEC planteamos la supresión del visado y/o una serie de medidas que hagan más racional, y más acorde con la evidencia científica, reflejada en las guías de práctica clínica, la elección del tipo de anticoagulante”, subraya.
Uno de los objetivos fundamentales de la SEC es precisamente mejorar la calidad de la asistencia, de este modo se ha desarrollado como proyecto estratégico para los próximos años un programa de mejora de la calidad, integrado por tres pilares (SEC-Excelente, SEC-Primaria y SEC-Recalcar), que persigue obtener un círculo virtuoso de medir lo que se hace (registros), elaborar estándares de calidad para los distintos procesos y procedimientos cardiológicos, monitorizar y auditar su cumplimiento y acreditar la excelencia de los distintos centros y servicios de cardiología. “Todas las estrategias que ayuden a mejorar la calidad de la atención son positivas para nosotros. En concreto, los premios BiC son una gran iniciativa, que ayuda a cuantificar la calidad de los servicios de cardiología españoles, y a los que la SEC siempre ha apoyado, participando en su difusión y evaluación”, concluyó Anguita.