José A. Rodríguez Barcelona | viernes, 21 de noviembre de 2014 h |

El arsenal terapéutico contra la esclerosis múltiple (EM) está a punto de aumentar en los próximos meses. Durante la 66º Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN) se han presentado nuevos resultados de fármacos que están pendientes de aprobación o de decisión sobre precio y reembolso y que permitirán ampliar las opciones terapéuticas para combatir la enfermedad. Según los expertos consultados, se espera su aparición en breve. Es el caso de acetato de glatirámero (Copaxone) 40 mg tres veces por semana. De este modo, los pacientes podrán pasar de las actuales siete inyecciones subcutáneas a la semana (una diaria de 20 mg) a un tratamiento con tres inyecciones semanales (cada una de 40 mg), con la misma eficacia, seguridad y tolerabilidad. Esta nueva administración, que está pendiente de aprobación, “se espera que mejore la tolerancia y la adherencia al tratamiento”, apuntó Bonaventura Casanova, médico adjunto de Neurología de La Fe de Valencia. Por otro lado, se presentaron datos de dimetilfumarato (Tecfidera), un fármaco oral que se encuentra en proceso de precio y reembolso y que, como destacó Óscar Fernández, especialista del Instituto de Neurociencias Clínicas del Hospital Regional Universitario Carlos Haya de Málaga, “reduce el número de brotes en un 53 por ciento y la progresión de la enfermedad en algo más de un 30 por ciento”. Y ya aprobado por la Agencia Europea del Medicamento, se espera la aparición de alemtuzumab (Lemtrada), un nuevo anticuerpo monoclonal que puede ser de gran ayuda para los “pacientes con una EM muy activa”, señaló Rafael Arroyo, jefe de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

A pesar de no ser un nuevo tratamiento, cabe destacar un estudio realizado por investigadores del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y el Vall d’Hebron de Barcelona sobre el uso de interferón beta-1a (Rebif) . Como explicó Xavier Montalban, jefe del Servicio de Neurología-Neuroinmunología del Vall d’Hebron, han logrado identificar, gracias a biomarcadores, a los pacientes que más se pueden beneficiar de este tratamiento. “En el 34 por ciento de ellos se produce ausencia de actividad de la enfermedad y se reduce en un 65 por ciento la frecuencia de los brotes”, apuntó. En el tratamiento específico de la espasticidad, Arroyo comentó que Sativex, fármaco que combina tetrahidrocannabinol y cannabidiol, “reduce los síntomas y mejora la calidad de vida”.

En el capítulo de terapias en fase de investigación, Montalban comentó los resultados de un anticuerpo monoclonal humanizado anti-CD20, “que actúa sobre los linfocitos B a través del bloqueo y la unión con la célula CD20”. Con ese bloqueo inmediato de los linfocitos B, “los estudios fase II muestran que el medicamento consigue reducir el número de brotes y lesiones de una forma muy significativa y que su uso también parece asociarse a un mejor control sobre el avance de la discapacidad”.

Por otro lado, la búsqueda de biomarcadores para el diagnóstico de la esclerosis múltiple es fundamental debido a la complejidad de esta enfermedad. En este sentido, la resonancia magnética (RM) se confirma como un biomarcador imprescindible. Como explicó Óscar Fernández, la RM es uno de los biomarcadores más útiles, tanto para establecer el diagnóstico como para predecir la conversión a EM e incluso pronosticar la discapacidad en los años siguientes. “Una persona que ha tenido un primer episodio sugestivo de EM y cuya RM resulta anormal tiene un 90 por ciento de riesgo de padecer la enfermedad en los siguientes 14 años”, señaló Fernández. Sin embargo, si la RM es normal y la clínica es lo suficientemente característica, “el riesgo es de un 20 por ciento”. En la misma línea, Bonaventura Casanova recordó que una “RM cerebral o medular es muy relevante para definir, tras un primer posible brote, si el paciente sufre EM”. Por su parte, Rafael Arroyo hizo hincapié en que esta técnica también es un “buen indicador de respuesta al tratamiento”.

En el campo del párkinson, se presentó un proyecto para “evaluar durante 5 años de forma detallada y rigurosa una población de pacientes con esta enfermedad en España”, como explicó Diego Santos, neurólogo del Hospital Arquitecto Marcide de El Ferrol y coordinador del proyecto. Se trata de Coppadis, que contará con la participación de más de 800 pacientes y de 38 hospitales de 13 comunidades autónomas.

Otro de los temas de la reunión fue el de la epilepsia. Según Jaime Parra, coordinador de la Unidad de Epilepsia del Hospital San Rafael de Madrid, “están aumentando los casos de crisis epilépticas reflejas debido al bombardeo visual que sufrimos”. A principios de año, el Ayuntamiento de Alicante modificó la decoración de una plaza porque las numerosas franjas blancas del suelo provocaban crisis en algunas personas “debido al fuerte contraste de colores”, señaló Parra .Pero hay que tener una predisposición para sufrir las crisis y que “mucha masa cerebral trabaje de forma coordinada en respuesta a un estímulo”.