Las titulaciones de ciencias de la salud están a la cabeza de la lista entre las mejores posicionadas y más valoradas y demandadas de la plana universitaria. Sin embargo, en el caso de medicina, el exceso de demanda unido a la reducción del número de plazas MIR ofertadas por Sanidad sacan a la primera plana una vieja reivindicación de los profesionales sanitarios, poniendo de manifiesto la necesidad de alcanzar una oferta equilibrada entre grado y posgrado. No van más encaminados en enfermería donde el auge de solicitude, el aumento del número de enfermeros y la no contratación de estos profesionales cuando acaban la carrera está provocando que los recién diplomados busquen otras fuentes de ingresos adicionales a su profesión.
Precisamente, esta sobredemanda en las titulaciones de ciencias de la salud se ha visto reflejado en el informe publicado por el Ministerio de Educación ‘Inserción laboral de los egresados universitarios. La perspectiva de la afiliación a la Seguridad Social’. En este sentido, el estudio pone sobre la mesa la falta de correlación que existe entre las titulaciones más demandadas y aquellas que consiguen una mejor tasa de afiliación en el mercado laboral. Es el caso de ciencias de la salud. Las titulaciones acaparan el 12 por ciento de los egresados — y en el caso de medicina se sitúa la tercera más demandada—, con una tasa global de afiliación del 71, 4 por ciento en 2014, casi 28 puntos porcentuales más que en 2011. Para Educación esta importante mejora se debe a la especialización, que en primer año tiene una tasa de afiliación más baja debido a la necesidad de realizar el examen del MIR para poder cursar la especialidad médica. En este sentido, “durante la residencia están de alta en la seguridad social con contratos temporales, por eso aumenta la tasa de afiliación”, destaca el informe. En contraposición a los expertos no les convence el análisis de Educación e insisten en que esto se debe a la falta de recursos que atraviesa el sector y la precariedad laboral que está aumentando.
Según el estudio, cuatro años después de terminar la carrera casi el 93 por ciento de los titulados en medicina está trabajando. Se trata de la cifra más alta de todas las titulaciones seguida de óptica y optometría con un 84 por ciento en 2014. En el caso de enfermería, el colectivo no se sitúa entre las primeras titulaciones, ya que sólo obtuvo durante el año pasado un 53,05 por ciento de afiliación entre sus diplomados, estando incluso por debajo de la media nacional que se encuentra en el 64,4 por ciento.
Sin embargo, desde Satse, su portavoz, Mar Rocha, advierte de que a los recortes en las plantillas y al aumento del número de egresados se suman los contratos temporales. De hecho, según el informe, los mayores porcentajes de temporalidad en el empleo se producen en la rama de salud con el 66,2 por ciento de afiliados por cuenta ajena con contratos temporales cuatro años después de finalizar los estudios. Esta tendencia se ha mantenido a través de los años, ya que en 2011, el porcentaje de indefinidos alcanzaba el 34,3 por ciento, frente al 33,8 por ciento de 2014 y los temporales, un año después de haber obtenido el título son del 65,7 por ciento (ver tabla).
En este sentido, los médicos con contrato indefinido representaron en 2014 un 1,7 por ciento, y por tanto, el 98,3 por ciento de los titulados más recientes tenían un contrato temporal. Algo que para Educación es normal “si se tiene en cuenta que todavía están realizando la especialización del MIR, y por tanto, están sujetos a este tipo de contratos”. Sin embargo, para la Organización Médica Colegial (OMC), a la temporalidad de los contratos se vincula la precariedad laboral de los nuevos médicos (ver GM nº534).
En enfermería los datos no son más alentadores, aunque sí un poco mejor, ya que los contratos indefinidos de los diplomados alcanzaron el 34,7 por ciento en el último año, frente al 65 por ciento de los temporales. Rocha advierte de que “se están haciendo contratos a enfermeras por horas para no tener que pagar los días libres”.
Cotización según formación
Del mismo modo, sumado a esta situación de temporalidad se encuentra la cotización según el nivel de formación. Un dato que refleja el informe y que preocupa, sobre todo, al colectivo enfermero. Según el estudio, en 2011 el 82,5 por ciento de los enfermeros ocuparon un puesto laboral acorde a su nivel de formación, sin embargo, el 17,5 por ciento cotizaron por debajo de su nivel formativo. Una cifra que, aunque es baja, ha hecho saltar las alarmas del sindicato enfermero. “Estos datos reflejan la situación de los enfermeros especialistas, que realizan dos años más de formación y al no estar reconocidas las especialidades por el ministerio de Sanidad, cotizan a un nivel inferior de formación”, apunta Rocha, al tiempo que explica que no se están creando puestos acorde a estos especialistas y “están buscándose la vida como pueden”.
En el caso de los médicos, un año después de haber estudiado la carrera, el 86,5 por ciento de los titulados consiguieron trabajar según su formación, frente al 13,5 por ciento que cotizaban por puestos inferiores. Sin embargo, estos datos mejoran con el tiempo y en el último año tan sólo el 0,2 por ciento cotizó por debajo de su nivel de formación.
Autónomos
Por otra parte, la rama que presenta entre sus egresados un mayor porcentaje de autónomos, tanto en el primer año como en los cuatro siguientes, es ciencias de la salud. Estas titulaciones tienen una alta propensión al ejercicio de la profesión por cuenta propia. De hecho, durante el año pasado, el 15,3 por ciento de los egresados estaban afiliados a la Seguridad Social en régimen de autónomos. En medicina, tras una bajada drástica, en 2014 sólo el 0,3 por ciento de los titulados estaban en este régimen, mientras que en enfermería se ha producido un aumento que llega al 3,6. Según destaca Rocha la falta de contratación y de aumento de las plantillas está provocando que estos datos aumenten. “Cada vez hay más enfermeros autónomos que no encuentran salidas laborales y establecen clínicas de enfermería o aceptan trabajos por cuenta propia”, explica.
Con todo, el análisis pone sobre la mesa la situación actual de los recién titulados españoles. En este caso, en la rama sanitaria se evidencia la condición laboral que atraviesan muchos jóvenes con el incremento de contratos temporales. A esto se suma la falta de previsión y de planificación a la hora de ajustar el número de plazas MIR con los estudiantes. Una situación que según los sindicatos se solucionaría “si los ministerios de Educación y Sanidad se ponen de acuerdo y forman a los profesionales que realmente se necesitan”.
El 17,5 por ciento
de los enfermeros en 2011 cotizaron por debajo
de su nivel de formación