Según el balance de CESM, que denuncia que se han aumentado los servicios mínimos en las unidades más dispuestas a la huelga

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| miércoles, 30 de mayo de 2012 h |

El sindicato médico CESM ha cifrado la incidencia de la huelga convocada este miércoles en un 71,2 por ciento en el caso de la atención hospitalaria y en un 44,67 por ciento en Atención Primaria, lo que evidencia que los médicos “han manifestado claramente su desacuerdo con las medidas del Gobierno autonómico”.

El sindicato ha ofrecido datos de seguimiento teniendo en cuenta que en algunos centros las gerencias “ordenaron retirar los carteles de huelga” y que los servicios mínimos “no se han correspondido en muchos lugares con los inicialmente pactados”, por lo que se ha llegado en algunas áreas a prácticamente el 50 por ciento de médicos afectados por dichos servicios mínimos.

En concreto, el CESM ha verificado que en algunos centros “se han aumentado los servicios mínimos de las unidades más dispuestas a la huelga” e incluso “que aquellos médicos más proclives a ella y más beligerantes con las medidas de la Administración han sido puestos de servicios mínimos para aminorar la incidencia de la huelga”.

El sindicato ha asegurado también que entre los interinos “reina un gran temor por la seguridad en sus puestos de trabajo y más con el anuncio del SESCAM de despido de 573 facultativos, por lo que la incidencia en este colectivo ha sido menor”.

Aunque la huelga “tenga una mayor o menor incidencia”, el CESM ha señalado que “es muy importante el número de facultativos salientes de guardia o de servicios mínimos que han firmado los escritos de adhesión a las reivindicaciones de esta movilización” y ha considerado que la situación general de la economía nacional a incidido sobre el seguimiento.

El CESM, en un comunicado, ha señalado que con esta huelga no finaliza “en ningún caso” la movilización e incluso ha augurado “próximas acciones ante la segura degradación que sufrirá el sistema” sanitario.

En cualquier caso, el sindicato se ha mostrado partidario de iniciar “una verdadera negociación con la Administración, porque no es el malestar profundo de los facultativos el mejor estado para que pueda nuestra sanidad seguir prestando sus servicios a los usuarios con la calidad asistencial adecuada”.