ANÁLISIS/ Afirman estar “satisfechos” o “muy satisfechos” en un estudio de Semergen
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Aunque un 89% admite su desmotivación por la sobrecarga y la falta de recursos
El 32% de los que aceptarían incentivos variables los ligarían a la prescripción
E.M.C.
Madrid
El 92 por ciento de los médicos de atención primaria españoles cree que no dispone de recursos necesarios para la práctica clínica y más del 90 por ciento reconoce que está sometido a una sobrecarga asistencial importante. Son datos que constatan una realidad de sobra conocida, pero que esta vez se fundamentan en un análisis especialmente minucioso que ha sido realizado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) a través de 1.500 encuestas a médicos de primaria de todas las comunidades autónomas y que revelan, tal y como destaca a GM su presidente Julio Zarco, datos curiosos e importantes diferencias entre regiones.
Los facultativos menos críticos con los recursos disponibles en su comunidad trabajan en Castilla y León, Navarra y La Rioja, mientras en el otro extremo estarían las quejas de los médicos consultados en la Comunidad de Madrid, Canarias, Andalucía y Murcia.
Entre las carencias más destacadas, según el documento, un 60 por ciento echa en falta más personal (especialmente en Andalucía, Asturias, Baleares o la Comunidad de Madrid, lo que se corresponde con un menor número de médicos de AP por cada 100.000 habitantes), un 45 por ciento equipamiento técnico y hasta un 42 por ciento una mayor capacidad para gestionar la agenda.
Pese a este escenario, un 70 por ciento de los médicos que han participado en esta encuesta, realizada en los dos últimos años, ya en plena crisis económica, se muestran “satisfechos” o “muy satisfechos” con sus condiciones de trabajo. Por encima de la media en comunidades como País Vasco, Baleares, La Rioja, Navarra, Murcia y Aragón, mientras la mayor tasa de “insatisfechos” o “muy insatisfechos” se concentran en la Comunidad de Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla y León o Cataluña. Datos que, por otra parte, no se traducen en profesionales motivados. Y es que según este análisis hasta un 89 por ciento de los médicos encuestados no lo están, de nuevo por factores como la falta de recursos de personal o la sobrecarga asistencial.
Retribuciones e incentivos
En materia de retribuciones, la valoración es sumamente dispar. Un 40 por ciento de los médicos del primer nivel cree que es “correcta”, un 16,6 por ciento “buena” y un 1,4 “muy buena,“ mientras el 41,1 por ciento restante la considera “insuficiente”. Los facultativos que “se sienten” mejor retribuidos pertenecen a Asturias, Castilla-La Mancha, Murcia, La Rioja y el País Vasco, a diferencia de los médicos consultados en Andalucía, Madrid y Cataluña, mucho más críticos con sus condiciones económicas.
Otro dato curioso que refleja lo que Julio Zarco define como una “fiel fotografía” de la atención primaria es que hasta un 75 por ciento de los médicos estarían dispuestos a que su sueldo esté sujeto a incentivos, siempre y cuando estén bien definidos y resulten fácilmente evaluables. Hasta un 83 por ciento admitirían que estuvieran ligados a resultados en salud y hasta un 32,7 por ciento se muestran conformes con vincularlos a la prescripción farmacéutica, e incluso un 38,3 por ciento lo harían al ahorro en el centro de salud. Las comunidades en las que los médicos son menos reacios a a que una parte de su sueldo se ligue a incentivos sobre la prescripción farmacológica son, según este documento, País Vasco, Baleares, Madrid, La Rioja o Galicia.
En relación a la prescripción de enfermería, hasta un 54 por ciento están de acuerdo con la medida, sobre todo dentro de protocolos definidos de actuación sanitaria.
El análisis de Semergen revela numerosos puntos en común entre los profesionales del primer nivel en temas controvertidos como el copago. El 86 por ciento de los encuestados lo defienden para moderar la demanda, con fórmulas como el copago por acto médico o el ticket moderador.
Otros datos que reflejan el consenso de los profesionales pasan por un 77 por ciento de encuestados que consideran válido el modelo, aunque mejorable, además de un 82 por ciento de participantes a favor de la autogestión de los centros de salud y hasta un 90 por ciento que defiende que los gerentes de área no estén sujetos a cambios políticos.