El 18 por ciento de los españoles ingresados en los servicios de Medicina Interna de los hospitales presentan hiperglucemia o diabetes. Esta es una de las principales conclusiones del estudio MIDIA (Medicina Interna y DIAbetes), realizado por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) en el marco de la colaboración institucional que mantiene desde hace tiempo con la compañía de cuidados sanitarios Novo Nordisk. El objetivo de este estudio era analizar, por primera vez en nuestro país, la atención y el tratamiento que reciben los pacientes con diabetes hospitalizados en los servicios de Medicina Interna. Para ello, durante un día determinado del pasado verano, 111 hospitales de toda España reportaron información sobre las 5.493 personas que tenían ingresadas en dichos servicios. “La especialidad de Medicina Interna -explica el vicepresidente de la SEMI, Antonio Zapatero- registra la mayor cantidad de ingresos hospitalarios en nuestro país, uno de cada seis, por lo que la atención a los pacientes con diabetes recae, en gran medida, sobre ella. Era muy importante, por tanto, analizar cuestiones como las características demográficas de estos pacientes y sus situaciones clínica y asistencial”.
Un millar de las personas ingresadas en Medicina Interna el día de la recogida de los datos -el mencionado 18 por ciento- tenía hiperglucemia o diabetes. Estas 1.000 personas, con una edad media de 76 años, habían sido hospitalizadas principalmente por enfermedades cardiovasculares (el 25 por ciento), infecciosas (21 por ciento) y respiratorias (11 por ciento), presentando la hiperglucemia o la diabetes como diagnóstico secundario. El número medio de enfermedades concomitantes de estos 1.000 pacientes era de cuatro. El 33 por ciento de ellos presentaban también algún tipo de dependencia, de grado 4 ó 5 en la escala de Rankin, es decir, aquella que incapacita para atender las propias necesidades corporales sin asistencia o requiere de cuidados constantes de enfermería.
Otro de los objetivos de MIDIA era valorar la eficacia de los tratamientos antidiabéticos, los posibles eventos adversos de estos y el grado de control glucémico, ya que las circunstancias vitales de los pacientes con diabetes ingresados en un hospital son muy diferentes a las que presentan en su entorno diario en lo que respecta a horarios de comida, actividad física, etc. Como apunta Ricardo Gómez Huelgas, Jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Regional de Málaga y uno de los coordinadores del estudio, “alcanzar un adecuado control de la glucemia en el medio hospitalario y evitar las hipoglucemias representa un desafío clínico de primer orden. Durante el ingreso, concurren varios factores que dificultan mantener un estado de normoglucemia. Entre ellos, destacan el estrés asociado a la enfermedad intercurrente que origina la hospitalización, el uso de terapias hiperglucemiantes, como corticoides o nutrición artificial, y el reposo y los cambios de dieta (comida irregular, períodos de ayuno) que conlleva la hospitalización”.
Desde el punto de vista asistencial, una de las herramientas de las que deben disponer los especialistas en Medicina Interna para conseguir estos objetivos es la información sobre el control glucémico de los personas con diabetes o hiperglucemia antes de su hospitalización, al menos en los tres meses previos, mediante la determinación de la hemoglobina glucosilada. Sin embargo, según las conclusiones del estudio MIDIA, dicha información sólo estaba disponible en el 44 por ciento de los historiales clínicos de los pacientes. Los datos recogidos han permitido detectar también áreas de mejora en lo referente al tratamiento de la hiperglucemia, ya que el 9 por ciento de los pacientes estaban recibiendo medicación oral con potenciales efectos adversos durante su estancia en el centro hospitalario y un 20 por ciento, tratamiento con dosificación inadecuada de insulina. Otro dato relevante es que hasta un 25 por ciento de los pacientes estaban siendo tratados con glucocorticoides, una medicación que produce de forma característica hiperglucemia.
Por otra parte, la proporción de quienes presentaron algún grado de hipoglucemia durante la hospitalización fue de un 10 por ciento. “Estos pacientes con una bajada grande de azúcar -comenta Gómez Huelgas- están expuestos a problemas cardíacos, como una arritmia o un infarto, e incluso cerebrales, como un ictus, por lo que evitar las hipoglucemias graves debe ser una prioridad. En el caso de las hiperglucemias, si el nivel de azúcar sube mucho en el hospital, se incrementan los riesgos de deshidratación, infecciones, retraso en la cicatrización de úlceras o heridas, etc.”. La intención de la Sociedad Española de Medicina Interna es repetir el estudio MIDIA periódicamente para valorar las mejoras introducidas tras las conclusiones de su primera edición.