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Entre el 80 y el 85 por ciento de los tumores de pulmón detectados mediante TAC torácico o escáner de baja radiación se encuentran en el estadio 1, mientras que lo habitual es detectarlos en estadios 3 ó 4. Además, el 85 por ciento de los diagnosticados de forma temprana sigue vivo a los 10 años. Son resultados del estudio internacional I-Elcap, de detección precoz de este cáncer, en el que participa un equipo de la Clínica Universidad de Navarra (CUN) desde hace 12 años.
De hecho, una red que agrupa a los 21 centros hospitalarios estadounidenses punteros en el tratamiento del cáncer (NCCN, por sus siglas en inglés), acaba de publicar la primera guía oficial que recomienda el cribado mediante TAC torácico en personas con alto riesgo de sufrir un cáncer de pulmón, como medida para reducir su mortalidad.
Esta recomendación viene derivada por los resultados del estudio norteamericano más grande hecho hasta el momento de detección precoz en cáncer de pulmón denominado National Lung Screening Trial (NSLT), en el que participaron más de 50.000 pacientes. Promovido por la National Cancer Institute, el trabajo concluye que las pruebas mediante tomografía computarizada de baja dosis supusieron una reducción del 20,3 por ciento de los casos de muerte vinculados a este cáncer.
Según Javier Zulueta, director del Departamento de Neumología de la CUN, estos datos validan los resultados del I-Elcap y “desmontan parte de las dudas” que despertaba.
Mientras el primero asignó de manera aleatoria a dos formas de cribado anual, por radiografía de tórax convencional o mediante TAC de baja dosis de radiación, el estudio I-Elcap sometió a todos los pacientes a TAC.
El método empleado por el estudio norteamericano demostró que el uso de esta técnica disminuye la mortalidad por cáncer de pulmón; mientras que los resultados del trabajo de la CUN revelaron su eficacia en un porcentaje elevado de detección en fases tempranas del cáncer.
Como explica Zulueta, uno de los argumentos que cuestionaban la efectividad del TAC se refería a que la prueba “conlleva en ocasiones un exceso de diagnóstico”. Sin embargo, el experto matiza que hay nódulos detectados que, aunque no se eliminen, pueden no causar la muerte del paciente, pero el estudio ha demostrado que no son más del 10 por ciento.
Por otro lado, Zulueta apuntó que al ser un TAC de baja radiación y no convencional, la radiación recibida es menor que la dosis a la que el paciente está expuesto habitualmente en un año. Y en lo referente a los posibles daños derivados de realización de pruebas invasivas, confirmó que los efectos por punciones tuvieron una incidencia muy baja.