| viernes, 14 de junio de 2013 h |

España debe dar un paso adelante y debe darlo ya. Cada vez son más los datos que indican que, o se produce un cambio en el modelo de retribuciones dentro del SNS, o el café para todos acabará haciendo que paguen justos por pecadores — tanto profesionales como pacientes—. Las cifras siguen proclamando una alarmante tendencia a la baja de las retribuciones. Así, según el último informe de la OCDE, mientras que en 2010, los médicos cobraban 2,6 veces el salario promedio, en 2011, se situaba en 2,2 veces. Y ésta no es una tendencia generalizada. En los demás países los sueldos han ido aumentando a pesar de la crisis. Sólo España y Grecia van de mano en este sentido y su progresión es simétrica en lo que respecta a retribuciones. Especialmente sangrantes son los datos registrados en atención primaria, que con una caída en picado en tan sólo un año pasaron de percibir 91.000 euros anuales en 2010 a 75.000 euros.

A todo esto se suma la afirmación por parte de Sanidad de que podría haber un sobrante de médicos —aproximaciones sin datos concluyentes para variar— y la tendencia que se ha observado a raíz de la crisis económica de una reducción de visitas a las consultas —aún así España sigue estando muy por encima de otros países como por ejemplo Alemania—.

Todas estas piezas encajan en un pluzzle de advertencia. Ya sea siguiendo el modelo del pago por rendimiento o estableciendo incentivos, lo cierto es que el sistema de retribución debe cambiar y flexibilizarse hacia fórmulas más competitivas.