Almudena Fernández Madrid | viernes, 06 de noviembre de 2015 h |

Tras ochos años al frente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), José Luis Poveda dejará el cargo en manos del hasta ahora vicepresidente, Miguel Ángel Calleja. Tal y como explica a este suplemento, su balance de este tiempo es muy positivo. En adelante, continuará con la presidencia de la Comisión Nacional de Farmacia Hospitalaria y Atención Primaria.

Pregunta. ¿Qué balance hace de sus años al frente de la SEFH? ¿Cuáles han sido los principales hitos conseguidos?

Respuesta. Tremendamente positivo, ha sido un privilegio estar ocho años al frente de una sociedad científica que ha dado un vuelco muy importante en este tiempo: más socios, más comprometidos y más competentes. La SEFH ha crecido en estos años en 1.072 socios, que es un 45 por cien más de los que había cuando empecé. Hay 22 grupos de trabajo con 843 personas más que participan activamente en ellos. También más competentes tanto en formación como en investigación, pues más de 6.800 han hecho cursos presenciales en la SEFH y más de 5.400 han participado en cursos virtuales. También hay que destacar que hay 390 socios que han participado en proyectos de investigación, entre otros aspectos. Hemos hecho más visible lo invisible, nuestro papel como farmacéuticos centrados cada vez más en el proceso farmacoterapéutico y en la actividad clínica, además de otras muchas cosas.

P. Las memorias económicas presentadas por algunas consejerías (como Madrid) revelan que el 80 por ciento del gasto hospitalario ya se debe a pacientes ambulatorios, ¿cómo está afectando esta cuestión?

R. Está afectando en dos planos, por un lado hemos tenido que reestructurar recursos hacia ese área y también ha habido una incorporación de farmacéuticos importante en ellas. Eso sí, en distinto grado de magnitud, ni todas las comunidades, ni todos los hospitales de la misma forma, pero el crecimiento que se ha producido en el número de recursos humanos, aunque insuficiente en muchas comunidades y en muchos hospitales. Ha sido uno de los parámetros de más crecimiento de la sociedad.

P. ¿Debe ser el farmacéutico de hospital más accesible en su relación con los pacientes? ¿Están ayudando las TIC?

R. Esa es una de las voluntades que hemos tenido, el contacto con el paciente y cómo desarrollar herramientas de mejora de ese acceso a la información, a veces no solo presencial, sino también a través de las nuevas fórmulas de comunicación. En ese sentido, es muy importante saber de lo que estamos hablando, que es de incorporar herramientas tecnológicas como el 2.0, que han ayudado a que se produzca.

P. ¿Qué papel debe jugar en el abordaje de la cronicidad?

R. Desarrollamos un plan estratégico en 2012 y, desde luego, nuestra voluntad es clara: el compromiso de la sociedad con el manejo de la sociedad ha sido evidente. De hecho, esa estrategia se ha segmentado en diferentes grupos de trabajo para hacer una específica para los diferentes colectivos que nosotros abordamos, entendiendo que el cambio del modelo pasa por el cuidado del paciente crónico. De hecho, nuestra aportación también se materializa en la ampliación de competencias en el ámbito de la primaria, pues se produce precisamente para dar continuidad asistencial a un proceso que no está solo en el hospital, sino también en el ámbito de la AP y en los centros sociosanitarios.

P. ¿Entiende las reclamaciones desde otras entidades respecto a que los medicamentos de dispensación hospitalaria (DH) se dispensen en las oficinas de farmacia?

R. Entiendo casi todo, y entiendo que la situación de las oficinas de farmacia en cuanto a su rentabilidad económica ha ido disminuyendo y está mermada, pero yo creo que aquí el asunto no es la dispensación, sino la integración en ese proceso farmacoterapéutico que incluye la dispensación, el seguimiento farmacoterapéutico y la coordinación con el equipo asistencial. Creo que desvincular esas tres partes del sistema es realmente no hacerle un favor al ciudadano. Es importante la variable de accesibilidad, pero más importante es que se haga un seguimiento adecuado, y eso tiene que estar basado en el desarrollo de competencias en primer lugar, y después en la coordinación también con el resto del equipo asistencial.

P. La farmacia comunitaria y la de hospital están inmersas en diversos proyectos conjuntos. ¿Qué importancia tiene esta colaboración?

R. Hemos firmado un acuerdo con la Sefac porque entendemos que el proceso asistencial de un paciente no tiene que verse mermado por el hecho de que esté en el hospital o en la oficina de farmacia porque tan importante es el tratamiento del colesterol como el diagnóstico de esclerosis múltiple, por tanto, lo importante es que el farmacéutico de oficina de farmacia se integre en esa visión clínica, tenga posibilidad de acceder a la historia clínica y participe en el modelo asistencial de una forma coordinada.

P. La SEFH denuncia que muchas regiones incumplen lo establecido en el RDL 16/2012 respecto a la prestación en centros sociosanitarios, ¿echan en falta ayuda ministerial?

R. La hemos tenido en la medida de que esto se ha publicado. Muchas comunidades ya lo han implantado desde hace tiempo. Somos un país con diferentes comunidades en el que cada uno implementa las políticas nacionales de distinta forma.

P. Seguirá al frente de la Comisión Nacional de la Especialidad, ¿qué tareas pendientes tiene aquí?

R. Son muy importantes: primero terminar de elaborar nuestro plan formativo por el cambio de denominación de la especialidad, ampliar las competencias al ámbito de la primaria y en segundo lugar, acreditar las unidades docentes que tienen que formar a esos farmacéuticos de hospital y de AP en el futuro.

P. ¿Recordará siempre la ‘crisis’ de las plazas FIR por la unión y firmeza que mostró todo el sector para revertir la situación?

R. Precisamente en las adversidades es cuando se demuestra el valor de las organizaciones y de las personas. Se corrobora que hay buenos marineros cuando hay tempestad. Lo que demuestra la SEFH es que en los peores momentos y de las peores crisis es capaz de salir airosa ante una situación realmente compleja.