| martes, 02 de noviembre de 2010 h |

Dr. Bartolomé Beltrán, director de Prevención y Servicios Médicos del Grupo Antena3

Ya podemos estar tranquilos. Leire Pajín se hizo la primera foto clínica con los responsables de la SEOM, el Dr. Emilio Alba y el Dr. Juan Antonio Virizuela. Aunque antes ya había estado en los premios Príncipes de Asturias en correspondencia ministerial por el galardón obtenido por la Organización Nacional de Trasplantes que con tanta destreza maneja el doctor Rafael Matesanz. Han sido sus primeras fotos laboralistas.

El doctor Mariano Rosselló presentó su libro Manual de disfunciones sexuales masculinas y femeninas. Lo hace después de una dilatada experiencia en el ámbito de la Urología y Andrología más ortodoxa. Entre las principales conclusiones, extraídas a partir de más de 5.000 consultas recibidas a través del sistema de teleconsulta del IMS en los últimos cinco años, destaca que el 49 por ciento de los pacientes consulta problemas de eyaculación precoz. “Con un 9 por ciento, la impotencia es la segunda disfunción que más preocupa (medida en número de consultas recibidas); segundo puesto compartido con las consultas sobre el tamaño del pene, que muestran una tendencia ascendente año tras año”, añade el Dr. Rosselló. Los españoles seguimos sin acudir al especialista cuando tenemos un problema de disfunción sexual. En la experiencia del Instituto de Medicina Sexual, el varón de más de 55 años tarda más de un año de media en acudir a la consulta mientras que entre los hombres de entre 25-35 años, la tendencia es la de consultar desde los primeros síntomas.

Después de la reunión de la Sociedad Castellano Astur Leonesa de Nefrología hemos aprendido que la reducción de la albuminuria es clave para frenar la progresión de la enfermedad renal crónica. La albuminuria —presencia de la proteína albúmina en la orina— es el predictor más potente de la progresión renal. Su disminución se asocia con un mejor pronóstico renal y cardiovascular.

Según el estudio Epirce, la enfermedad renal crónica afecta hasta casi el 10 por ciento de los adultos de nuestro país. Esta patología presenta una alta mortalidad debido a la tardía manifestación de sus síntomas, el infradiagnóstico y la elevada prevalencia de complicaciones cardiovasculares.

Según el estudio Vital, la administración de paricalcitol consigue una reducción adicional en la albuminuria respecto al grupo placebo en pacientes que ya reciben todos los tratamientos disponibles para la reducción de albuminuria. “La albuminuria es el más potente marcador de la progresión de la enfermedad renal y de morbimortalidad en los pacientes renales”, explicó el Dr. José Luis Górriz, del servicio de Nefrología del Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia en el marco de la 47ª Reunión Anual de la Sociedad Castellano Astur Leonesa de Nefrología, celebrada en Segovia. “Por esta razón —añadió— la reducción de albuminuria se traduce en un menor avance de la enfermedad, un retraso en la necesidad de diálisis y, probablemente, una mejoría en la lesión de los riñones y de otros órganos del sistema cardiovascular”.

Sin embargo me preocupa lo que me contaba el otro día el doctor Nestor Galindo. Unas 400.000 personas presentan alteraciones del olfato en nuestro país, la mayoría de ellas no puede oler el perfume, ni el olor a tierra mojada, o una comida…, pero tampoco puede oler el fuego, el escape de gas o de otros tóxicos, y ello podría poner en peligro su vida.

Hasta hace muy poco estas alteraciones no tenían solución, pero ahora, una nueva terapia desarrollada en el Hospital Ruber Internacional y la Fundación Hospital Alcorcón de Madrid permite que quienes están privados del olfato puedan recuperar esa capacidad, “de la misma forma que pueden recuperar el movimiento y el lenguaje pacientes afectados de ictus, la rehabilitación podría mejorar el deterioro de la capacidad olfativa”, señala el doctor Galindo, jefe de la Unidad de ORL del Hospital Ruber Internacional.

El olor está integrado en el sistema límbico, según revela la resonancia magnética funcional. “En esta zona del cerebro radica la memoria, las emociones, y los instintos, por eso un aroma puede despertar el recuerdo y también que olores inocentes puedan resultar molestos. En el rechazo intervienen las experiencias personales y los factores culturales” señala el doctor Galindo.

La capacidad olfativa también se puede ver y medir en una resonancia magnética funcional. La imagen que muestra esta tecnología es la reacción del cerebro a determinados olores. En los pacientes que carecen de esta capacidad el cerebro no reacciona. Esta prueba es muy útil en casos de indemnización cuando se trata de accidentes, laborales o de tráfico. Es lo que hay.