CONSENSO/ Médicos y farmacéuticos elaboran la primera guía de actuación conjunta

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Explica cómo llevar a cabo un correcto plan de cribado y las técnicas de medición

Las boticas deben verse como una extensión del centro sanitario, según Ruilope

| 2011-04-29T17:35:00+02:00 h |

REDACCIÓN

Madrid

Aunar criterios y establecer las bases para la detección y seguimiento del paciente hipertenso en la farmacia comunitaria, definiendo a su vez los signos de alarma y los procedimientos de derivación al médico es el objetivo de la primera Guía de actuación para el farmacéutico comunitario en pacientes con hipertensión arterial (HTA) y riesgo cardiovascular (RCV) elaborada de conjutamente por la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac), la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) y el Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada (GIAF-UGR), con la colaboración de Laboratorios Lacer.

Este documento de consenso pionero demuestra que es posible el entendimiento entre médicos y farmacéuticos para establecer criterios de actuación consensuados en pos de la salud de los pacientes, según destacó durante su presentación Daniel Sabater, miembro del Grupo de HTA de Sefac y del GIAF-UGR. Y es que, tal y como señaló Luis Miguel Ruilope, jefe de la Unidad de Hipertensión del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, las farmacias son una extensión del centro sanitario, por lo que si en ellas se lleva a cabo una detección precoz de la HTA —un patología que tiene diagnosticada en torno a un 35 por ciento de la población española adulta, cifra que se eleva al 68 por ciento en mayores de 60 años—, se economizará tiempo y dinero.

La guía explica cómo llevar a cabo un correcto plan de cribado para la detección desde la farmacia especificando qué pacientes han de seleccionarse, las técnicas a aplicar para la medición válida de la PA, otros factores de RCV a valorar, los umbrales de normalidad y los criterios de derivación al médico. Para los casos en los que el paciente haya sido diagnosticado y ya se encuentre en tratamiento, el documento recoge un plan de seguimiento que fomenta la adherencia, evalúa la efectividad de la terapia, asegura el control de los niveles con medidas adicionales y recomienda la comunicación inmediata al médico en caso de interacciones medicamentosas.