Para garantizar la eficiencia de los servicios sanitarios y la calidad asistencial es fundamental apostar por los servicios tecnológicos. Así lo considera el ‘Estudio de Interoperabilidad en el sector sanitario. El paciente como actor principal’ de la Fundación IDIS.
A juicio del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad potenciar el rol del paciente protagonista en el acceso a su información clínica es clave.
No cabe duda de que el impacto en interoperabilidad es beneficioso para todos los agentes, sin embargo, queda todavía camino por resolver. La heterogeneidad de modelos que existen entre comunidades es uno de los escollos que hacen imposible el avance en las nuevas tecnologías. “La realidad es que la mayoría de las organizaciones sanitarias ya tienen integrados sus sistemas de información con carácter interno, empleando plataformas tecnológicas específicas, y basándose en estándares plenamente adoptados por la industria”, indica el informe. Esta situación ha permitido que, a pesar de que los sistemas de información son heterogéneos y la calidad de la información es variable, la mayoría de los prestadores ya hayan desarrollado su propio modelo de Historia Clínica Electrónica.
A juicio de los expertos, es en el ámbito de la interoperabilidad organizativa donde, pudiéndose haber realizado grandes avances, los resultados son bastantes mejorables, ya que los pacientes siguen siendo objeto de pruebas innecesarias, los facultativos siguen apoyándose de forma casi exclusiva en la información disponible en su organización para la práctica clínica, y las organizaciones no facilitan una adecuada continuidad asistencial.
El modelo
El informe además constata que no se ha identificado ninguna iniciativa en marcha para cambiar esta situación, ni a medio ni a largo plazo, “por lo que podemos considerar que actualmente nos encontramos en un punto de inflexión”, indica. En este escenario, la Fundación propone su propio modelo introduciendo nuevos elementos, que pretenden ser un estímulo a la situación actual. Este nuevo enfoque plantea una primera fase que supondría conseguir que el paciente disponga de su información clínica tan pronto como esté, y que pueda ponerla en valor de forma discrecional. Para ello, habría que aprovechar todos los avances realizados en los proyectos, y apoyarse en el marco legislativo actual; eso sí, “sugiriendo algunas mejoras a ciertas leyes que podrían agilizar la madurez del modelo”.
Todo esto implica dar algunos pasos como es el establecimiento de un organismo central coordinador o comité de gobernanza, la elaboración de las guías de implementación del modelo, o la realización de pilotos capaces de demostrar la viabilidad de la iniciativa.
En fases posteriores de consolidación, IDIS propone que la gran mayoría de los pacientes hayan adoptado el modelo propuesto en la gestión habitual de sus procesos asistenciales, que la totalidad de los proveedores de servicios sanitarios se hayan sumado a la iniciativa, y que la industria tecnológica haya sido capaz de aportar soluciones de valor que faciliten los procesos y que multipliquen los usos que actualmente se le dan a la información clínica. Una vez que la información sea accesible y procesable con garantías de seguridad y confidencialidad, permitirán realizar grandes avances en materias tan diferentes como seguridad del paciente, investigación clínica, epidemiología, salud pública, planificación sanitaria, análisis de tratamientos, medicina basada en la evidencia, medicina personalizada, y un largo etcétera.