GM Madrid | viernes, 17 de junio de 2016 h |

La obesidad y la diabetes mellitus tipo 2 son enfermedades metabólicas que afectan, hoy en día, a millones de personas en todo el mundo. De hecho, ambas enfermedades se hallan, con frecuencia, estrechamente unidas; por lo que recientemente se ha acuñado el término “diabesidad” para denominar la coexistencia de diabetes tipo 2 y obesidad.

A largo plazo, las enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial y la aterosclerosis, constituyen la principal causa de complicaciones y mortalidad en los pacientes con diabesidad. Por eso, resulta imprescindible comprender los mecanismos que pueden acelerar el desarrollo de daño vascular en estos pacientes, con el fin de diseñar aproximaciones terapéuticas que permitan frenar o retrasar ese daño.

Por este motivo, científicos de la UAM y del Deutsches Diabetes-Zentrum (DDZ) de Düsseldorf han investigado el posible impacto de la proteína sDPP-4 sobre la capacidad funcional de las arterias de pequeño calibre o microvasos arteriales, cuyo correcto funcionamiento es fundamental para mantener una presión arterial adecuada.

Hallazgos

Uno de los primeros hallazgos es que cuando se aíslan microvasos arteriales de ratones sanos y se exponen a concentraciones crecientes de sDPP-4, se observa un deterioro progresivo de los vasos para relajarse correctamente, lo que indica un deterioro de la funcionalidad vascular que es mayor cuanto más alta es la concentración de sDPP-4. Este deterioro, denominado disfunción endotelial, está en la base de numerosas enfermedades vasculares, como hipertensión o aterosclerosis, y es un marcador temprano de daño vascular.

Además, en el trabajo se pone de manifiesto que la disfunción endotelial inducida por sDPP-4 se debe a la interacción de esta adipoquina con un receptor de la membrana de las células vasculares denominado PARP-2.

“En efecto, la interacción entre sDPP-4 y PARP-2 conduce a la liberación exagerada, por parte de las células vasculares, de una sustancia denominada tromboxano A2, que favorece la contracción de los microvasos en lugar de su relajación”, explican los investigadores.

Aparte, se demuestra que el efecto nocivo de los niveles elevados de sDPP-4 sobre los microvasos arteriales se puede prevenir con un grupo de fármacos que ya se emplean en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 para normalizar los niveles de glucosa en sangre y que se denominan, en conjunto, inhibidores de la DPP-4.