Investigadores del Idibaps han descubierto un nuevo mecanismo responsable de la formación de vasos sanguíneos anómalos, causantes de las hemorragias digestivas, que son la principal complicación de la cirrosis. Los resultados del trabajo los publica la revista Gut.
“Los vasos patológicos en la cirrosis forman varices en el esófago y estómago de los pacientes que son muy frágiles y propensas a romperse causando hemorragias intensas y difíciles de parar”, explica Mercedes Fernández, investigadora del citado centro. Por ello, se destinan muchos esfuerzos para entender los mecanismos que distinguen a la angiogénesis normal de la patológica para, así, desarrollar terapias que reviertan la formación de los vasos anómalos.
El estudio publicado en la revista Gut demuestra que el crecimiento anormal de nuevos vasos sanguíneos en la cirrosis no sólo depende de la angiogénesis patológica mediada por VEGF, sino también de un proceso en el que están involucradas células madre progenitoras, proceso conocido como “vasculogénesis”. Estas células madre, que se encuentran en las diferentes capas que forman los vasos sanguíneos, se activan en la cirrosis, proliferan y forman vasos nuevos. “En la cirrosis, pues, necesitamos inhibir los dos mecanismos. Sólo así se conseguirá frenar de forma más eficiente el crecimiento de vasos dañinos”, apunta Fernández. “En el estudio también hemos visto que la proteína CPEB4 está implicada en la proliferación de las células madre progenitoras”.