RESPIRATORIO

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| martes, 07 de febrero de 2012 h |

Investigadores del Instituto de Salud Carlos III y del Ciber de Enfermedades Respiratorias (CibeRES), han logrado determinar cómo funciona un nuevo tipo de anticuerpo, denominado palivizumab, que inhibe la acción de una de las proteínas esenciales para que el virus respiratorio sincitial (VRS) inicie la infección.

Ya en 2005 el laboratorio de Biología Viral del Centro Nacional de Microbiología describió la presencia en sueros humanos de un tipo de anticuerpos inhibidores del VRS que aparentemente eran distintos al conocido hasta la fecha. Sin embargo, la identidad de esos anticuerpos y su modo de actuación no se pudo determinar en aquel momento.

Ahora, utilizando técnicas de ingeniería genética, este laboratorio ha obtenido una proteína de fusión (o proteína F) que no se puede activar (aunque la cuerda de la catapulta se corte). Esta proteína ha sido una herramienta esencial para demostrar que los anticuerpos descritos en 2005 solo se unen a la proteína F no activada (antes de que la catapulta se dispare). Además, esos anticuerpos dan cuenta de la mayor parte de la actividad inhibidora frente al VRS de los sueros humanos; es decir, son aparentemente más vigorosos que los anticuerpos que se asemejan al palivizumab y se han podido obtener en conejos, administrándoles un virus vaccinia (el mismo que se utilizó para la erradicación de la viruela) manipulado genéticamente en el laboratorio.

Futuro esperanzador

Estos resultados, que se publica hoy en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), abren nuevas posibilidades para el desarrollo de vacunas eficaces frente al VRS o el desarrollo de otros anticuerpos alternativos al palivizumab (quizás más vigorosos) con los que combatir las infecciones por este importante patógeno humano.

Se estima que anualmente unos 34 millones de niños menores de 5 años tienen una infección de las vías respiratorias bajas por este tipo de virus. Los investigadores, que consideran que su hallazgo podría abrir la puerta a nuevas terapias, solicitaron una patente de estos resultados en julio de 2011.