investigación

br

| viernes, 05 de febrero de 2010 h |

redacción

Madrid

Algunos estudios habían sacado a la luz que la contaminación atmosférica podía desencadenar infartos. Pero, por primera vez, se ha demostrado científicamente que esta contaminación acelera el proceso de la ateroesclerosis a más del doble de su evolución media. Un proceso que tiene como consecuencia el aumento de la posibilidad de padecer un infarto o un accidente cerebrovascular. Así ha quedado patente en un estudio realizado por el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (Creal) de Barcelona, junto a investigadores suizos y de la Universidad del Sur de California, publicado recientemente en Plos One.

En concreto, observaron que la evolución anual de la pared de la arteria de aquellos que viven a unos 100 metros de una autopista o carretera con tráfico elevado sufre una aceleración del crecimiento de la placa de sus arterias de 5,5 micrómetros por año, o más del doble de la media de su crecimiento anual.

Además, a un grupo de personas se le administró algún tratamiento con vitamina B, E o estrógenos. Y este grupo resultó más vulnerable a los efectos de la polución. “Cuestión que debe ser explorada con más detalle en futuros ensayos”, según el coautor del estudio.