Reumatología/ II Simposio de Enfermedades Sistémicas Autoinmunes de la SER
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E. Sainz Corada
Madrid
Las terapias farmacológicas dirigidas contra los linfocitos B podrían convertirse en “una alternativa útil” para el tratamiento del lupus eritematoso, según los resultados preliminares de un estudio retrospectivo con rituximab que se presentó en el II Simposio de Enfermedades Sistémicas Autoinmunes.
Impulsado por la Sociedad Española de Reumatología (SER), Lisimab, que es como se llama el trabajo, ha contado con la participación de más de cien pacientes de 30 hospitales españoles y, según la presidenta de la SER, Rosario García de Vicuña, podría arrojar “resultados esperanzadores” para las personas con lupus en manifestaciones articulares y también afección renal.
De hecho Lisimab vendría a aclarar “resultados contradictorios” respecto al valor de este fármaco en las manifestaciones renales ofrecidos por otros ensayos internacionales en los que se intentó probar la eficacia de rituximab —indicado para el tratamiento del linfoma y la artritis reumatoide— frente a esta complicación.
Aunque diseñado inicialmente para el tratamiento de linfomas derivados de células B, el reconocimiento del importante papel patogénico de estas células en otras enfermedades no tumorales ha despertado el interés por posibles aplicaciones terapéuticas adicionales de rituximab (un anticuerpo monoclonal quimérico dirigido frente a la molécula CD 20), como es el caso de la artritis reumatoide, explicó María Galindo, del Servicio de Reumatología del Hospital 12 de Octubre, en Madrid, y miembro del comité científico del simposio. Por ello muchos reumatólogos comenzaron a utilizarlo en “uso compasivo” en estos pacientes obteniendo buenos resultados en lo que se refiere a los síntomas articulares.
El siguiente paso será la realización de otro estudio, esta vez prospectivo longitudinal, para recoger datos clínicos de 2.500 pacientes con lupus de forma protocolarizada en base a unos objetivos.
Unidades multidisciplinares
Respecto al abordaje de estas enfermedades con afectaciones multiorgánicas, las expertas subrayaron la colaboración de equipos multidisciplinares como la mejor herramienta. “De lo que no cabe duda”, subrayó García de Vicuña, es de que “se necesita una formación específica que reúna conocimientos y habilidades para valorar y tratar tanto la patología musculoesquelética como sistémica en pacientes con estas dolencias. Por ello, y a semejanza de lo que ocurre a nivel internacional, los reumatólogos son los expertos que deben liderar y coordinar la colaboración entre especialidades”.
