A pesar de los tiempos actuales de crisis económica, la sanidad privada hace una apuesta firme y generalizada por la innovación y la investigación. Manuel Vilches, director del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), explicó a GACETA MÉDICA la situación del sector.
Pregunta. ¿Qué papel juega la innovación en la sanidad privada?
Respuesta. Estamos demostrando que la innovación es una de nuestras apuestas más importantes. El sector privado entiende claramente que es una de las vías que tenemos de cara al futuro para la sostenibilidad del sistema.
P. Precisamente IDIS organizó la ‘Jornada de innovación en el sector sanitario privado’, ¿qué les impulsó a ello?
R. Que nos parece absolutamente necesario e imprescindible tener anualmente, o incluso con mayor frecuencia, una actualización de cómo está la innovación en el sector sanitario. Estamos saliendo de una crisis que nos ha afectado a todos, pero quizá en mayor medida al sector público en el ámbito de inversiones, y nos parecía que era muy importante el poder tener esos datos fiables y actualizados. Contactamos con tres de nuestros patronos de libre designación: Farmaindustria, Asebio y Fenin, y decidimos hacer una jornada en la que integráramos a las tres patas que más relación tienen en este momento con la innovación, como es la industria farmacéutica, la biotecnológica, que está avanzando a una velocidad impresionante, y la tecnología sanitaria. Con esas tres visiones se podía tener una foto bastante clara de cómo tenemos la innovación en el país en este momento. Estas innovaciones nos permitirán a futuro mejorar muchísimo tanto el ahorro directo como la calidad de vida del paciente.
P. ¿Qué porcentaje de equipamientos de alta tecnología se encuentran en el sector privado?
R. Más del 60 por ciento de las resonancias estaban en el sector privado, un 58 de los PET… Este sector tiene una diferencia, y es que trabaja en competencia, por lo que en él necesitamos tener siempre lo último y lo que mejores resultados haya demostrado porque si no, el paciente no nos va a elegir, lo que hace que estemos perfectamente actualizados para que siempre disponga de la última tecnología.
P. En cuanto a los ensayos clínicos, ¿cuál es la participación del sector privado en ellos?
R. El proyecto BEST de excelencia de Farmaindustria monitoriza los procesos de investigación clínica que se realizan en el país, y lo que se ha visto es que el sector privado cada año participa en más, lleva casi 1.200 participaciones desde que empezó esa monitorización, va a hacer ya nueve años. Nos parece fundamental el seguir con ello y nos congratula ver que cada año hay más centros privados participando y con muy buenos resultados. De hecho, normalmente en las tasas de reclutamiento y los tiempos de firma de contrato, a través de los cuales se miden los resultados, son ratios en los que los centros privados por la propia estructura de los mismos son muy buenos y, comparativamente, mejores que los que tiene el sector público, quizá por tamaño, ya que suelen ser más pequeños, y por la agilidad que da en este caso trabajar a través de una relación mercantil.
P. ¿Esto hace más importante, si cabe, la colaboración público-privada?
R. Sin duda. Las relaciones entre ambos sectores no es que deban mantenerse, deben incrementarse y mejorarse porque todos tenemos un objetivo común: conseguir que el sistema sanitario español vuelva a ser el mejor, sin que haya dejado de serlo, pero quizá tenga pequeñas lagunas; entonces, la manera de llegar a eso es que todos rememos en el mismo sentido y el sector privado lo que hace es apostar por ello. Estamos dispuestos a colaborar en la medida de lo posible, tenemos mucho que aportar desde nuestro punto de vista, por mecanismos de eficiencia, RR.HH., tecnología, innovación…
P. ¿Se plantean promover un pacto?
R. Queremos alcanzar un pacto por la innovación para que todos los pacientes tengan acceso a la última tecnología. Independientemente de que las asignaciones presupuestarias puedan mantenerla o comprarla, nos parece que no es serio que un paciente no tenga acceso a una determinada tecnología porque el presupuesto sanitario de su comunidad ese año se haya terminado o no lo contemple. Creo que debemos obviar esas limitaciones y que todo aquello que esté demostrado que es claramente eficiente y que es adecuado asistencialmente para el paciente esté a su disposición, independientemente de donde esté. Olvidémonos de la titularidad y que el paciente pueda tener ese tratamiento. Por eso queremos luchar en el ámbito de la innovación y de la tecnología, y en todo lo demás. Nos parece que en este momento es nuestra obligación, la de los gestores públicos y la nuestra, el intentar colaborar y avanzar juntos para llegar a ese objetivo común, que es mantener la mejora de la calidad asistencial de nuestro sistema.