ENTREVISTA/ La Aeemet mantiene una postura muy crítica ante el decreto que regulará los servicios de prevención
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Mónica Raspal
Madrid
Alrededor de 6.000 médicos y entre 10.000 y 15.000 enfermeros del trabajo viven una situación de incertidumbre ante el decreto que están preparando los ministerios de Sanidad y de Trabajo para regular los servicios de prevención. El presidente de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (Aeemt) explica a GM su desacuerdo con dicho texto, que pondrá en peligro la mitad de los puestos de trabajo de estos profesionales, así como la calidad de la atención que reciben los trabajadores.
Pregunta. ¿Cuál es la situación actual de estos especialistas?
Respuesta. La Medicina del Trabajo tiene unos 50 años y ha pasado por diferentes fases. La última en el año 200-2002, cuando se estableció la formación de estos profesionales: dos años de Medicina de Familia, cuatro de Medicina de Hospital y dos del Trabajo, de los que un año y medio están un servicio de prevención.
Somos los que más fuera estamos del sistema público, pues sólo los que atienden a trabajadores de hospitales y de la Administración pertenecen a él. Hay una amplia mayoría que está en la empresa privada, bien en servicios de prevención externos —divididos en cinco áreas: medicina preventiva, gestión, asistencial, epidemiología y formación— o propios, que son los herederos de los servicios médicos de empresa de toda la vida.
P. ¿Cómo están regulados?
R. Hay comunidades como la valenciana, la gallega o la vasca que tienen muy bien regulada la actividad sanitaria de los servicios de prevención y éstos funcionan como centros de atención primaria dentro de las empresas, lo que beneficia a los trabajadores que van a estos centros voluntariamente y al sistema, pues son las empresas las que asumen los costes. Es una regulación muy bien hecha según la cual hay una interrelación con el Sistema Nacional de Salud (SNS) a la hora de pedir recetas o consultas con el especialista.
P. ¿Qué cambios va a introducir el futuro decreto tal y como está planteado?
R. El problema del nuevo decreto es que sitúa en 2.000 el número de trabajadores que debe tener la empresa para contar con un sistema de prevención propio, en lugar de los 1.000 actuales, por lo que habrá algunas que lo mantengan pero otras que lo eliminen. Además, abre la puerta a otros especialistas sanitarios que ni siquiera tienen que ser médicos —sólo establece que uno de ellos sea del trabajo— y, según está el mercado laboral en España, el tipo de profesional que va a ir probablemente no tendrá especialidad. A corto plazo se van a abaratar costes pero irá en detrimento del SNS pues la vigilancia de la salud es voluntaria en nuestro país y esto va a suponer que muchos trabajadores no acudan a estos servicios y opten por el sistema público.
Por otra parte, dado que la población laboral de los próximos 10 años va a envejecer por una jubilación más tardía y habrá un alto porcentaje con enfermedades crónicas, la propia inercia de las empresas y del trabajador conllevará que se den menos bajas.
P. ¿En qué medida les afectará la troncalidad?
R. A medio plazo es otro tema que nos tiene preocupados. Estamos incluidos en el tronco de las especialidades, con una parte troncal con Medicina de Familia y otra con Medicina Interna y en este sentido estamos razonablemente bien. Pero con 70 plazas al año, claramente insuficientes, nos vamos a encontrar con un más que posible abandono de profesionales a los cuatro o cinco años.
P. ¿Están siendo escuchados en el proceso? ¿Qué propuestas han planteado?
R. Hemos mantenido sólo tres encuentros y en el último nos han dicho que están dando la vuelta al decreto tras las críticas recibidas, por lo que no lo volverán a presentar hasta septiembre. Hemos propuesto mejorar y optimizar el recurso del sanitario que está en el servicio de prevención interrelacionando éste con el médico de familia para que ellos sepan lo que hacemos nosotros y nosotros lo que hacen ellos. También apostamos por crear unidades de salud laboral en el sistema público de forma que cuando una persona tenga una baja prolongada o una patología profesional y el médico de familia esté saturado, lo pueda manejar el médico del trabajo. Esto daría mucha independencia al SNS y sería muy útil pues hay muchos accidentes del trabajo y una infradeclaración de enfermedades profesionales.
Además, consideramos fundamental que los estudiantes de Medicina se familiaricen con la especialidad, que abarca un campo muy bonito y amplio que muchas veces desconocen, pues pocos planes de estudio incluyen un módulo de patología laboral.
P. También han hecho matizaciones al proyecto de Ley de Salud Pública. ..
R. Sí, hemos hecho algunas propuestas que sí han recogido y el último borrador ha mejorado respecto al primero. En esta norma nos están escuchando mucho más que en la otra. Los médicos del trabajo tenemos una gran capacidad de educación sanitaria y de llegar a una población que pasa muy de perfil por el sistema público pues son gente sana que no va al centro de salud. Somos médicos centinelas y salimos muy baratos pero nos mantienen un poco al margen.