La utilización de vectores virales en terapia génica avanza con pasos muy tímidos debido a los riesgos que comporta. Los virus son vehículos idóneos para transportar genes que afecten a dianas muy concretas, pero, como explica Antonio Villaverde, investigador ICREA del Instituto de Biotecnología y de Biomedicina de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), “pueden causar respuestas inflamatorias importantes y, en el caso de los que se derivan de retrovirus, hay riesgo de mutagénesis”.
El grupo de Villaverde ha creado un virus artificial que permite evitar estos riesgos. Han diseñado “unas proteínas que se autoensamblan y que son como unas cajas vacías a escala nanométrica que se llenan con fármacos”, explica. Estas proteínas, además, se dirigen específicamente contra los receptores CXCR4, que se sobreexpresan en las células tumorales del cáncer colorrectal (CCR) y que son un marcador de la agresividad del cáncer. La denominación de “virus artificial”, señala este experto, “tiene sentido porque se trata de un vehículo que mimetiza algunas de las funciones de los vectores realizados a partir de virus naturales, como que actúa contra dianas específicas”. La gran ventaja, añade Villaverde, “es que no tiene capacidad de infectar, no es biopeligroso”.
El grupo de este experto utilizó marcadores fluorescentes para observar la distribución del virus en cultivos celulares y vieron que “se produce una acumulación selectiva en el tumor primario y en los focos metastásicos”. Asimismo, científicos del Hospital de Sant Pau de Barcelona han observado la misma biodistribución en ratones con cáncer colorrectal. “El problema de la quimioterapia es que no es selectiva, ataca a células sanas aparte de a las tumorales. Este tipo de virus pueden ser una alternativa muy interesante”, comenta.
Los fármacos que colocaron con este virus “eran fármacos convencionales contra el cáncer colorrectal y otros más innovadores como ADN expresable y ARN silenciador”. Además este experto considera que también podría servir para “cáncer de páncreas y glioblastomas”. En la actualidad, están realizando las primeras pruebas para saber si los fármacos son eficaces, más allá de acumularse selectivamente en las células tumorales. “De momento, los resultados preliminares que se han obtenido son prometedores”.