CARDIOVASCULAR/ El acuerdo entre ambas entidades busca detectar precozmente la aterosclerosis en personas sanas de entre 40 y 54 años

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El convenio de colaboración tendrá una duración de nueve años y un presupuesto de 22 millones de euros cofinanciados al 50%

El secretario de Estado de Investigación apoya esta innovadora fórmula de partenariado público-privada y su aplicación a otros organismos

| 2010-04-09T16:40:00+02:00 h |

A.M. / E.S.C.

Madrid

El Banco Santander y el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) firmaron la semana pasada un convenio de colaboración para la puesta en marcha de un proyecto de detección precoz del riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) mediante el estudio de la salud arterial. Bajo el nombre PESA (Progression of Early Subclinical Atherosclerosis), el estudio nace con el objetivo de mejorar la prevención e identificar los factores de riesgo tanto emergentes como tradicionales y su progresión antes de que aparezcan síntomas.

Para Felipe Pétriz, secretario de Estado de Investigación, “supone una fórmula innovadora de partenariado entre la administración pública y el sector privado para impulsar y fortalecer el desarrollo de la I+D en España”. La orientación preventiva del estudio “nos permitirá promover formas de vida más sanas que mejoren la salud de los ciudadanos y que lo hagan, además, con un coste menor para el Sistema Nacional de Salud”, añadió, y no descartó que en un futuro se podrá ampliar a otras empresas u otros organismos interesados.

El proyecto, que estará dirigido por el director general del CNIC Valentín Fuster, tendrá una duración de nueve años y un presupuesto de 22 millones de euros, cofinanciado al 50 por ciento por el Instituto de Salud Carlos III por un lado y por Banco de Santander y la Fundación Botín por otro. En este sentido Fuster destacó que este estudio servirá para mejorar los sistemas de detección de enfermedades cardiovasculares, lo que puede ayudar a “abaratar el alto coste que supone el tratamiento de estas patologías cuando se manifiestan”.

Y es que las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en el mundo siendo responsables en España del 35 por ciento de las defunciones en varones el 43 por ciento entre las mujeres.

Pruebas de imagen

PESA tendrá una duración de nueve años y se realizará con personas sanas de entre 40 y 54 años, un rango de edad en el que normalmente la enfermedad no ha aparecido. En él los participantes (más de 3.000 trabajadores del Santander) se someterán a un reconocimiento médico “exhaustivo” en el que, además de medir aspectos demográficos, antropométricos y familiares, se realizará un electrocardiograma, análisis de sangre, también de tipo genético, y la evaluación de otros factores como la dieta y la actividad física.

Tras esto, se les hará una batería de pruebas de imagen cardiovascular que incluyen la medición del índice tobillo-brazo, ecografía carotídea, abdominal, TAC, y resonancia magnética y PET. Este análisis se repetirá a los tres y seis años de realizado por primera vez.