Científicos del Instituto de Investigación Biomédica y el Instituto de Biología Molecular de Barcelona y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han detectado un mecanismo de interacción entre las células de un organismo y su matriz extracelular, lo que afectar tanto a su funcionamiento como al desarrollo de diferentes patologías.
En concreto, el trabajo publicado en la revista eLife ha descrito un mecanismo de comunicación entre células que permite organizar esta matriz extracelular, y cómo esta estructura afecta a las células por un proceso de retroalimentación o feedback.
Para el estudio utilizaron la mosca ‘Drosophila melanogaster’, la llamada mosca del vinagre, y se centraron en su sistema traqueal, ya que presenta unos tubos con una función análoga al aparato respiratorio humano. Este sistema tiene una matriz extracelular que recubre las tráqueas por dentro, formando una estructura comparable a la de un tubo de aspirador.
Hasta ahora, se creía que esta matriz solo tenía una función estructural para evitar el colapso del tubo, pero el equipo de científicos ha demostrado que tiene también una función reguladora sobre las células que lo forman.
De hecho, hace casi un siglo, en 1929, el biólogo canadiense W. R. Thompson publicó un trabajo donde describió el sistema traqueal y esta estructura, si bien no pudo explicar cómo se producía su formación.
“El contexto biológico donde se encuentran las células no solo modifica su conducta, sino también su estructura interior”, ha explicado Jordi Casanova, uno de los autores, de modo que cuando se modifica sólo la matriz extracelular “el citoesqueleto de la célula se ve igualmente alterado”.
Doble mecanismo
“Es un doble mecanismo. Primero los filamentos de actina, un componente muy importante del esqueleto celular, hacen de molde para que se deposite la quitina de la matriz. Después la propia matriz estabiliza el citoesqueleto de la célula manteniendo a la actina en su sitio”, ha añadido Sofía Araujo, también autora del trabajo.
Los científicos proponen a Src42A como uno de los actores principales de este sistema, una proteína de la familia de las cinasas que regula la estructura de los filamentos de actina.
Casanova cree que el trabajo explica uno de los muchos mecanismos que permite la comunicación entre la matriz extracelular y las células y confía en poder descubrir este proceso en otros organismos, como en la coordinación de las células para formar tejidos.
Asimismo, defienden que la interacción entre la célula y su matriz extracelular también puede ser muy importante en procesos inflamatorios o cancerosos. “Las células tumorales a menudo se aprovechan de fenómenos existentes, como el que hemos descrito, para hacer fechorías. Desentrañar estos mecanismos nos puede ofrecer herramientas nuevas para entender procesos patológicos”, ha concluido este experto.