Recortes

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| viernes, 14 de enero de 2011 h |

Esther Martín del Campo

Madrid

El rechazo a la nueva Ley de Medidas Extraordinarias para la Sostenibilidad de las Finanzas Públicas en Murcia es unánime, pero el acuerdo de fondo no ha servido para que los sindicatos de clase y los profesionales orquesten una reacción conjunta. Por ahora, el Sindicato Médico de Murcia no se sumará a las actuaciones convocadas por UGT, Comisiones Obreras, Intersindical, CSIF, SAE y Satse, que a partir de este jueves realizarán una concentración semanal de 15 minutos en los centros sanitarios en señal de protesta.

CESM-Murcia ha optado por mantener asambleas en los centros sanitarios para informar a los facultativos con el objetivo, según recalca su presidente, Francisco Miralles, de que sea el consenso de los profesionales el que marque las medidas a tomar. Para recabarlo, la semana pasada se realizaron dos asambleas diarias y se convocó otra para los médicos de atención primaria.

Negociaciones

En la misma línea, los responsables del sindicato establecieron desde el primer momento conversaciones con el Gobierno regional a tres niveles —con las consejerías de Sanidad, Hacienda y el Servicio Murciano de Salud— para tratar de paliar el impacto de las medidas sobre el colectivo, tal y como ha confirmado a GM el presidente de CESM-Murcia. Reuniones que, recalca, se realizan a título sindical y no en representación del Consejo de la Profesión de Murcia, que por su parte solicitaba hace unas semanas un encuentro con el presidente de la comunidad autónoma para trasladarle sus inquietudes sobre las repercusiones sobre la calidad asistencial (ver GM nº 360).

Francisco Miralles también sale al paso de las críticas vertidas por los sindicatos de clase sobre esta petición del Consejo, que niegan su legitimidad para negociar con el ejecutivo. En su opinión, “el consejo de la profesión tiene toda la capacidad de pedir entrevistarse con quien considere. Sabemos que no puede negociar condiciones salariales y laborales de los trabajadores, pero es CESM quien lleva a cabo las negociaciones”, puntualiza.

Conversaciones que, según Miralles, no van “ni bien, ni mal”, aunque el presidente del sindicato recalca la voluntad expresa de ambas partes para alcanzar un acuerdo. El portavoz asegura que hay dos o tres planteamientos encima de la mesa que no satisfacen plenamente al sindicato, puesto que no les ofrece la garantía de obtener una mejora significativa respecto al descenso “brutal” que plantea la ley. CESM-Murcia ha planteado sus propuestas al respecto y aguarda la respuesta del Gobierno con la esperanza de llegar a un acuerdo que evite “una confrontación que sería perjudicial para todos”, destaca.

Y es que las cuentas no salen. Si en los primeros cálculos del Consejo Regional de la Profesión se barajaban pérdidas de 53 millones en el salario de los 3.700 médicos del servicio de salud, las últimas estimaciones del sindicato, más en profundidad, alcanzan los 65 millones de euros. Sin contar, tal y como remarca Francisco Miralles, la rebaja del 1,3 por ciento que supone la pérdida de la aportación al plan de pensiones y la acción social a la que tenían acceso, ni el descalabro que representa el aumento de la jornada laboral.