Financiación/ Los presupuestos sanitarios de las comunidades autónomas, como el de C-LM, que se reduce un 2%, están ahora en el punto de mira

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Lamata asegura que el recorte en la sanidad castellano-manchega se asumirá en los costes de gasto de personal y en gasto farmacéutico

El secretario y la subsecretaria del ministerio de Sanidad defienden ante el Congreso la suficiencia de las cuentas para el año próximo

| 2010-10-08T16:40:00+02:00 h |

Esther Martín del Campo

Madrid

Más allá de las cifras de porcentajes en negativo, el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2011, según el secretario general de la Confederación Estatal y portavoz del Foro de la Profesión Médica, Patricio Martínez, no supone ninguna novedad. Son coherentes con los recortes que ya se han aplicado a lo largo de este año—asegura— y, en realidad, no admiten comparaciones con partidas anteriores que, en la práctica, también se han ajustado a lo largo de este año. “El sueldo de los médicos ya lo han recortado en casi un 8 por ciento”, recuerda Martínez, que insiste en que sólo reflejan el “tijeretazo” de julio y no dejan entrever nuevos recortes en lo que se refiere a las cuentas del propio ministerio.

El punto de mira para la profesión médica está ahora en los presupuestos que empiezan a perfilar las comunidades autónomas. Por ahora, solo Castilla-La Mancha ha puesto cifras concretas sobre la mesa. En esta comunidad autónoma el presupuesto de la sanidad regional supondrá un dos por ciento menos que el de este año, con un recorte que alcanza una rebaja del 4 por ciento para el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam).

Su consejero de Sanidad, Fernando Lamata, matiza que el descuento se asumirá en los costes de producción, fundamentalmente del capítulo de gastos de personal y del coste farmacéutico, contención que ya se ha registrado con la reducción de sueldos y precios de medicamentos en este año. Incluso en este escenario, el consejero anuncia que se seguirán poniendo en marcha servicios y programas, lo que generará un “crecimiento moderado” en política social.

Una vez más, Lamata rechaza la opción de recurrir al copago de servicios sanitarios. Frente a esta opción, considera que la economía regional tiene margen suficiente y pone el acento en reducir el fraude fiscal para que todos contribuyan a financiar el servicio público.

Aun así, y aceptando que se trata de un ajuste moderado, a juzgar por la diferencia con el recorte ministerial, que supera el 8 por ciento, el presupuesto sanitario de Castilla-La Mancha apenas representa el 4,98 por ciento del presupuesto sanitario en nuestro país, según datos del Ministerio de Sanidad. Falta por ver el impacto en las cuentas del resto de comunidades, especialmente las de aquellas con más peso en la suma nacional, como es el caso de Andalucía (que representa el 16,45 por ciento), Cataluña (el 16,6 por ciento), Comunidad Valenciana (un 9,8 por ciento) o la Comunidad de Madrid (un 11,85 por ciento del total del presupuesto de este año).

En este sentido, el Gobierno andaluz solo ha lanzado su declaración de intenciones. El presidente regional, José Antonio Griñán, anunció un presupuesto “muy restrictivo” con contracciones en pequeñas partidas, pero que “mantendría el sistema de protección social”. Algo parecido a lo que sucederá en la Comunidad Valenciana, donde su presidente, Francisco Camps, asegura que la dotación para la sanidad regional se mantendrá en 6.000 millones de euros para el próximo ejercicio.

Otras regiones como Navarra, Aragón, Extremadura, Murcia, Canarias o Asturias, que han avanzado sus intenciones, también meterán la tijera en los presupuestos generales. No hay datos exactos en todas ellas, pero como ejemplo la comunidad navarra reducirá más de un 5 por ciento sus recursos, en línea con Extremadura, donde las cifras regresan a 2007, o Canarias, que contará con 950 millones de euros menos para el próximo año. En casi todas, el futuro de la sanidad regional se discute ahora en las reuniones entre los departamentos que determinarán las asignaciones. En breve trascenderá cuánto pueden arañar los titulares de Sanidad y hasta qué punto se cumple el compromiso de los gobiernos regionales con la que se considera un área prioritaria, al menos en la teoría.

Cierto es que, por ahora, cuentan con un margen de maniobra que podría verse limitado si la petición del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, llega a buen puerto. Ante la comisión de Presupuestos del Congreso, en plena tramitación del proyecto de ley, reclamó un mayor control de los presupuestos de las comunidades autónomas y las entidades locales ante la sospecha de que “el menor compromiso de estas administraciones puede poner en riesgo el objetivo de reducir el déficit”.

En una sala próxima, la subsecretaria de Sanidad y Política Social, Consuelo Sánchez Naranjo, y el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, desgranaron en la misma semana los recursos con los que contará el Ministerio de Sanidad el año próximo.

Según los cálculos del Gobierno, Jiménez contará con 2.597 millones de euros para sus políticas, un 8 por ciento menos que este año. Presupuestos que, según Sánchez Naranjo ahondan en la “austeridad, racionalización y contención”, pero cuyo recorte está por debajo del de otras carteras ministeriales. Justificó el ajuste, en parte, en la desaparición de dos direcciones generales (Recursos Humanos y Terapias Avanzadas), pero reconoció, ante las críticas de la oposición, que le gustaría contar con más recursos, tal y como sucedía en épocas de prosperidad.

Desde el Partido Popular, la denuncia principal es la debilitación de la función de cohesión y la falta de partidas económicas para las futuras leyes de salud pública y la reforma de la ley antitabaco.

Por su parte, José Martínez Olmos admitió sentirse cómodo presentando la partida presupuestaria austera que corresponderá a su secretaría general. Tras repasar el ahorro que ha supuesto la rebaja del precio de los medicamentos y el resto de medidas de sostenibilidad, Martínez Olmos argumentó que “se pueden hacer las mismas cosas con menos recursos con poco que uno se aplique”.Ante las críticas a la rebaja de 12 millones en el Fondo de Cohesión, el secretario general espetó que “ porque haya 12 millones menos para la cohesión no se va a hundir el SNS”, más aún si se tiene en cuenta que se trata de un fondo que se puede ampliar siempre que sea necesario.