Dermatología/ Investigadores del Ciemat-Ciberer persiguen una terapia de trasplante autólogo en esta enfermedad sin opciones
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Realizan ensayos preclínicos para tratar epidermolisis bullosa distrófica a partir de piel bioingenierizada procedente del propio paciente
La piel se obtiene de una zona cutánea que revierte de forma espontánea y presenta expresión normal del colágeno 7, la proteína clave
Cecilia Ossorio
Barcelona
El grupo de Ingeniería Tisular y Medicina Regenerativa del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (Ciberer), está realizando ensayos preclínicos que abren la puerta a una posible terapia a partir de piel bioingenierizada autóloga para tratar enfermedades genéticas ampollosas, y en concreto la epidermolisis bullosa distrófica, una forma muy severa causada por la ausencia del colágeno 7.
En el marco de la celebración de la 41º Reunión Anual de la Sociedad Europea para la Investigación Dermatológica (ESDR) en Barcelona, Marcela del Río, que lidera a este grupo, explica a GM que esta línea de investigación surgió en 2010 a partir del caso de una paciente catalana con la citada enfermedad que presentaba un “parche” en su brazo izquierdo que parecía más resistente que el resto de su piel, ya que que desde hacía tres años no se le ampollaba.
Tras tomar una biopsia, comprobaron que había expresión normal de la proteína supuestamente mutada, el colágeno 7, y realizaron un análisis genético directamente en las células que estaban en esa zona revertida, llamada así porque “vuelve a ser normal o lo es por primera vez”.
“La paciente tenía su mutación heredada, pero además había ocurrido en ese mismo gen del colágeno 7 una segunda mutación que compensaba a la mutación original. Es decir, se había corregido espontáneamente la alteración que ella llevaba en uno de sus alelos”, detalla Del Río. Si bien no saben qué indujo este proceso, sí pudieron documentar molecularmente lo que ocurrió para que se recuperase el gen mutado. Este particular hallazgo se había visto en otras patologías como la anemia de Fanconi, pero no tanto en enfermedades dermatológicas y nunca en la epidermolisis bullosa distrófica.
Como en el laboratorio cuentan con todas las herramientas para hacer piel bioingenierizada a partir de piel del paciente, como en los casos de quemados, en la actualidad están comprobando en ratones si esa piel corregida persiste a largo plazo y se va autorregenerando.
“De confirmar que la producción de colágeno 7 persiste en los ratones, podemos sacar una biopsia de esa piel corregida en el ratón y trasplantarlo en un segundo ratón, para ver que realmente esas células madre tienen absolutamente la misma capacidad regenerativa que una célula normal”, continúa la investigadora.
De momento están obteniendo resultados prometedores, y el paso final consistiría en hacerle un trasplante autólogo a la paciente, en las zonas que tiene mutadas, con la piel bioingenierizada producida a partir del parche que revirtió espontáneamente.
Si bien los dermatólogos han considerado incurables este tipo de enfermedades genéticas, este hallazgo demuestra que el fenómeno de las zonas de reversión quizá estaba subestimado o pasaba desapercibido, y se está comprobando que posiblemente sea más frecuente de lo pensado.
Hasta ahora, las opciones terapéuticas existentes para esta enfermedad son prácticamente nulas. La complicación más severa de la forma distrófica es el carcinoma epidermoide, que el paciente desarrolla a partir de los 40 años, y que en muchos casos le provoca la muerte, ya que al carecer de la proteína de la membrana basal son muy invasivos.
Por otro lado, este equipo de investigación también “confía” en la terapia génica, si bien ésta puede suponer más complicaciones si el gen incorporado da problemas inmunológicos.