Los recortes en los beneficios que obtienen las oficinas de farmacia en base a la dispensación, ligados fundamentalmente al precio del medicamento, algo que ha experimentado descensos continuos en los últimos años, contrastan con el incremento de los costes asociados a la actividad profesional farmacéutica. Unos costes que, por ejemplo, en el caso de la dispensación no habían sido estudiados hasta ahora, algo que ahora ha hecho la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac). ¿El resultado? El coste que implica llevar a cabo una dispensación para las oficinas de farmacia medias (aquellas que facturan entre 700.000 euros anuales y realizan 60.000 dispensaciones) se sitúa en 3,35 euros.
En este sentido, el estudio impulsado por la sociedad que preside Marichu Rodríguez para estimar este coste de dispensación, refleja que, incluso, en las farmacias más pequeñas, aquellas que llevan a cabo un máximo de 25.000 dispensaciones anuales, dicho coste asciende hasta los 6,02 euros, con lo que a nivel general este quedaría establecido en 4,28 euros. Con estos datos encima de la mesa, Sefac señala que, en la actualidad, “la viabilidad económica de muchas farmacias está en serio riesgo y algunas de ellas no son rentables, ya que el coste medio de dispensación global obtenido en el estudio (4,28 euros) está por encima del margen medio de contribución al beneficio de las farmacias (27,9 por ciento), que se situó en 3,56 euros por cada receta facturada (el gasto medio por receta dispensada en 2010, momento en el que se recabaron los datos, fue de 12,75 euros).
Para Vicente Baixauli, vicepresidente de Sefac, “estos resultados demuestran que hay muchas farmacias que ya están por debajo del umbral de rentabilidad, pues como consecuencia del actual sistema retributivo de la dispensación, el continuo descenso del precio de los medicamentos conlleva una disminución de la retribución del servicio de dispensación”.
Por ello, considera que “para garantizar la viabilidad futura de la farmacia comunitaria, los farmacéuticos comunitarios deberían urgentemente plantearse una modificación del sistema retributivo del servicio de dispensación, desligándolo del precio de los medicamentos y asociándolo al acto profesional, al igual que la mayoría de los países de nuestro entorno”. Sobre este particular, desde Sefac también insisten en “tener especial cuidado en ajustar los gastos incurridos a las necesidades reales en base a alejarse de situaciones de ineficiencia.