L. B. Enviada especial a Chicago | viernes, 10 de junio de 2016 h |

En ausencia de un biomarcador claro en los tratamientos con inmunoterapia, no hay que olvidar las terapias dirigidas que en los últimos años han evolucionado hasta conseguir cambiar la historia natural de muchos tumores. Esto sucede en cáncer renal (CR). Así, según explica Enrique Grande, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Ramón y Cajal, la nueva generación de terapias antidiana sobre las células tumorales vienen pisando fuerte. Es el caso de cabozantinib, que comercializará Ipsen como Cabometyx, que hace diana en MET, AKL y Vegfr-1, -2 y -3. Los datos que se conocían hasta el momento del estudio Meteor —un fase III pivotal que comparaba este fármaco con everolimus en pacientes con cancer renal avanzado que ya habían recibido una terapia antiangiogénica— ya indicaban una supervivencia libre de progresión de 7,4 frente a 2,7, un ratio de progresión fue un 42 por ciento menor con cabozantinib que con everolimus y un objetivo de respuesta de 21 frente a 5 por ciento. En el congreso de ASCO estos datos se han completado con una supervivencia global media de 21,4 meses con cabozantinib frente a 16,5 de everolimus. Además estos resultados se mantenían independientemente de la presencia de metástasis ósea.

“Tenemos la designación de Fast Track y Breakthrough Therapy de la FDA en segunda línea y esperamos conseguir el registro a finales de año en la EMA. La previsión es que cabozantinib se convierta en el estándar de tratamiento para estos pacientes”, subrayó Marc de Garidel, CEO de Ipsen. Así, el próximo paso es comparar cabozantinib con sunitinib dentro del estudio Cabosun en primera línea en el próximo Congreso de ESMO.

Respecto a los resultados con inmunoterapia en este tumor, Grande señala que aunque los estudios no son comparables, lo cierto es que la reducción del riesgo de muerte con cabozantinib frente a nivolumab es de casi diez puntos más, aclarando que aunque la toxicidad es mayor, con el primero ya hay experiencia con su manejo y se controla. Así, se espera que en ESMO haya resultados de un estudio en fase II randomizado que compare sunitinib como estándar de tratamiento en primera línea frente a atezolizumab más bevacizumab frente a atezolizumab en monoterapia. “Esto nos dará indicios de posible comparación”, apostilló.

Para el especialista hoy hay tres estrategias nuevas en este tumor: nivolumab, que consigue aumentar la supervivencia global, lenvatinib más everolimus y la combinación de inhibidores de la tirosina quinasa. “Aún no tenemos la combinación de antiangiogénicos con inumnoterápicos pero es una de las estrategias más prometedoras que hay”, subrayó.