Oncología/ XIII Simposio Revisiones en Cáncer

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La determinación de ALK en el abordaje del cáncer de pulmón será fundamental

La terapia con crizotinib en pacientes con esta mutación logra respuestas del 60%

| 2011-02-11T15:14:00+01:00 h |

E. Sainz Corada

Madrid

El reordenamiento EML4-ALK, que constituye una anomalía genética que da lugar a una proteína quimérica con actividad oncogénica, y de tirosin-cinasa se ha hallado en una pequeña proporción de carcinomas de pulmón no microcíticos, que suponen el 85 por ciento de estos tumores.

“Aunque la investigación sobre ALK está en pleno desarrollo, todo apunta a que la presencia de reordenamientos determina un tipo de cáncer de pulmón no microcítico biológicamente diferente donde la alteración de este marcador es crucial para la génesis y evolución de este tipo de tumor”, explicó Javier de Castro, del Servicio de Oncología Médica del Hospital La Paz de Madrid durante el Simposio de Revisiones en Cáncer, celebrado en Madrid.

Como consecuencia de ello el empleo de un inhibidor de esta proteína como crizotinib, provocará un auténtico bloqueo de la progresión tumoral. “Esta era la hipótesis de investigación que la práctica clínica ha confirmado con respuestas espectaculares después de pocos días recibiendo este fármaco. Por tanto la determinación de ALK se muestra como un biomarcador importantísimo a la hora de considerar la estrategia de tratamiento en estos pacientes”, continúa.

Por el momento se han logrado tasas de respuesta de estos ‘alkalomas’ cercanas al 60 por ciento en pacientes muy pretratados con niveles elevados de estabilización de la enfermedad y supervivencias sin progresión del 72 por ciento a los seis meses, lo que justifica la detección de este reordenamiento genético en todos los pacientes afectados por neoplasias pulmonares. “En mi opinión debería hacerse la determinación de ALK a todos los enfermos en los que sea posible, pese a que se especula con una incidencia del reordenamiento de alrededor del cinco por ciento”, asevera De Castro.

En los estudios realizados, esta mutación parece hallarse presente principalmente en varones más jóvenes que los afectados por la presencia del EGFR, con histología de adenocarcinoma y sin antecedentes de tabaquismo. La mutación es, además, excluyente de las del EGFR y K-RAS.

Biomarcadores, obligatorios

Los medicamentos basados en dianas moleculares y, sobre todo, el desarrollo de biomarcadores para determinar qué pacientes se podrán beneficiar de ellos se ha convertido en una premisa para el desarrollo de nuevos fármacos. Hasta el punto de que el jefe de Oncología del Hospital Clínico de Madrid, Eduardo Díaz-Rubio, que coordina el simposio, insistió en la importancia de la existencia de estos últimos para la aprobación de nuevos tratamientos y “que tengan una garantía de eficacia”. “La Agencia Europea del Medicamento, debería exigir en el futuro la existencia de biomarcadores a la hora de aprobar un medicamento”, afirmó.

Para Eduardo Díaz-Rubio el copago no sería una fórmula adecuada, en caso de que se implantarse, para el área de Oncología pues “no resulta suficiente” para afrontar los elevados costes de las terapias oncológicas.

“Nadie duda de que el copago pueda funcionar bien en Atención Primaria, pero no resulta suficiente para financiar los costes de los tratamientos en el área de Oncología”, subrayó el experto.

En su lugar, y como posible alternativa, abogó por otras fórmulas como, por ejemplo, la “de riesgo compartido”, puesto en marcha en algunos países, para financiar los tratamientos contra el cáncer y según el cual serían “las propias farmacéuticas las que, en un primer momento asumirían los costes y, una vez que se haya demostrado que el fármaco es eficaz se haría cargo la Seguridad Social”, dijo el experto.