Gaceta Médica Barcelona | miércoles, 29 de abril de 2015 h |

A pesar de que un paciente reciba terapia antirretroviral de gran actividad (Targa), que puede detener la reproducción del virus casi por completo, el virus puede replicarse aún en niveles bajos y acumularse de una forma latente en depósitos. Estos depósitos, ubicados en todo el cuerpo, incluyendo el cerebro, la médula ósea y el tracto genital, no pueden ser atacados por Targa y pueden causar complicaciones y muertes por enfermedades no relacionadas con el sida.

Ahora, investigadores del Centro Nacional Italiano del Sida en el Instituto Superior de Sanidad, en Roma, han diseñado una vacuna que se dirige a la proteína viral Tat, que se produce de forma temprana en la infección por VIH y tiene un papel clave en la replicación viral y la progresión de la enfermedad por el debilitamiento del sistema inmunológico. Gracias a esta vacuna, los científicos fueron capaces de producir una respuesta inmune para prevenir la progresión de la enfermedad.

Los expertos realizaron un ensayo clínico de fase 2 en el que se inyectó a 168 pacientes infectados por el VIH con la vacuna que contenía 7,5 microgramos o 30 microgramos de la proteína Tat. Para ambas dosis, los participantes recibieron la vacuna una vez al mes durante el transcurso de tres o cinco meses. Ninguno de los participantes tenía anticuerpos anti-Tat al inicio de la prueba y se preveía que la vacuna podría inducirlos. Los participantes también siguieron el tratamiento Targa.

Los pacientes fueron seguidos durante tres años (144 semanas) y se vio que la vacuna induce la producción de anticuerpos anti-Tat, además de un importante crecimiento de las células T CD4 +. También hubo un aumento de las células T y B. La respuesta más importante se observó entre los pacientes que recibieron la vacuna con 30 microgramos de Tat en el transcurso de tres meses, y se detectó que estos efectos persistieron durante los tres años. Aquellos pacientes que recibieron la vacuna también presentaron una reducción significativa en la carga proviral de ADN del VIH, que actúa como un indicador de la forma latente del virus en los depósitos. Esta reducción se comparó con un grupo de 79 pacientes que recibió sólo Targa en un estudio observacional separado, que actuó como grupo de referencia para los biomarcadores de la enfermedad.