innovación/ El consejero reclama mejoras en la gestión del conocimiento entre CC. AA. para extender experiencias como la del País Vasco
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ESTHER mARTÍN DEL CAMPO
Madrid
El Sindicato Médico, Satse, la Federación de Facultativos de Hospitales y Comisiones Obreras de Euskadi. Los sanitarios convocados por estas organizaciones para protestar “contra la agresiva política de recortes en Osakidetza y el uso del decretazo para regular las condiciones de trabajo” ofrecieron el “cóctel de bienvenida” al más de un millar de personas que participaron la semana pasada en el III Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico, organizado por el servicio vasco en el Kursaal de San Sebastián.
Los sindicatos han criticado la merma salarial del sector público, pero también el entierro por parte de Osakidetza de la negociación colectiva, sustituida, según han denunciado, por decretazos del Consejo de Administración encaminados a empeorar el acceso al empleo, la contratación temporal, la movilidad de los profesionales y las condiciones de trabajo.
A pesar del rechazo sindical, el consejero de Sanidad y Consumo del País Vasco aseguraba días antes en un desayuno informativo organizado por la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) que, por ahora, no ha habido recortes en recursos humanos. Además, Bengoa ha apuntado que contratar “más médicos en todo no es una medida de avance en una situación de crisis permanente”. La alternativa para el consejero es “redistribuir las funciones”, ya que el seguimiento del paciente y la educación pasa, en su opinión, por una enfermería renovada y por la búsqueda de soluciones que partan del mix de médicos y enfermeras.
El consejero también es consciente de que una de las principales dificultades para impulsar su apuesta por transformar el modelo hacia la atención a enfermos crónicos tiene que ver con los profesionales sanitarios: “Lo más difícil son los cambios culturales, poner a trabajar juntos a clínicos de AP y especializada. Hace falta más tiempo y más incentivos”.
Pese a las críticas, Bengoa cree que ha logrado el compromiso con el cambio estratégico de buena parte del colectivo. En el último año, por ejemplo, 500 clínicos se han integrado en 65 proyectos de innovación. Y hay más cifras que refuerzan el avance de esta estrategia desde que comenzó a implantarse a finales de 2009: 30 organizaciones pilotan proyectos estratégicos, 150 organizaciones aportan innovación de “abajo hacia arriba”, en lugar de buscar la homogeneidad, el cien por cien de la población tiene un perfil de riesgo definido, el 40 por ciento está conectada por multicanal y ya cuentan con 100 pacientes integrados en programas de educación y más de una veintena de intervenciones para activar a los pacientes. Hechos que refuerzan la base de que los procesos de cambio no son ni lineales ni están exentos de complejidad, como ha recalcado.
Bengoa asegura, además, que la crisis económica puede ayudar a provocar una sensación de urgencia que impulse el cambio de modelo. Exige hacer algo, subraya, pero no es el copago. La transformación que abandera va más allá de integrar niveles o mejorar la prevención, que son ideas “fáciles de proponer pero que constituyen un avance artificial, al igual que la opción de buscar más dinero”. Aunque entiende que “es más difícil reorientar la prestación que hablar de financiación”.
Para el cambio que pretende el consejero, el apoyo de los profesionales, hoy reticentes, resulta fundamental. Tanto como la propia mejora de la gestión del conocimiento, que Bengoa sugiere que podría articularse desde el Ministerio de Sanidad. Tarde o temprano todas las comunidades tendrán que emprender el mismo camino —ha afirmado convencido—y “no hace falta ser pioneros en todo” ni partir de cero.