CURSo de verano/ “Vacunación del adulto en el siglo XXI”, organizado por GEsVA

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Los expertos apelan a la responsabilidad profesional para fomentar la inmunización entre los sanitarios
| 2010-07-16T16:42:00+02:00 h |

E. S. C.

Madrid

Las coberturas vacunales frente a la gripe, el sarampión, la rubéola y la parotiditis han disminuido en los últimos años. Una situación preocupante, ya que puede dar lugar a bolsas de población con escasa protección y al rebrote de alguna de estas enfermedades. Por eso, los responsables de salud pública de Madrid, Castilla y León y País Vasco que participaron en el curso de verano “Vacunación del adulto en el siglo XXI” de la Fundación de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid organizado por el Grupo de Estudio de Vacunación en el Adulto (GEsVA), señalaron la importancia de alcanzar las máximas coberturas de vacunación posibles.

Como dijo Patricia Flores, directora general de Atención Primaria del Servicio Madrileño de Salud, aumentar la cobertura vacunal permite que el sistema de salud sea “más eficiente y, por tanto, más sostenible, algo especialmente importante ante la coyuntura económica que vivimos”. Por eso, lo apunta, junto con el incremento en el calendario del número de vacunas, como uno de los dos retos de las políticas de vacunación. “Aumentar vacunas significa aumentar prestaciones a la sociedad y evitar la carga de enfermedad”. El problema, tal y como lamentó Javier Castrodeza, director general de Salud Pública e Investigación, Desarrollo e Innovación de la Junta de Castilla y León, es que la sociedad esté “adoptando la falsa creencia de que la batalla a las enfermedades infecciosas está ganada”.

Para lograrlo Mercedes Estébanez, su homóloga en País Vasco, llamó a la implicación de todos los profesionales sanitarios en el acto vacunal, así como a mantener el nivel de aceptación y adhesión de los programas actuales. En su opinión, una de las razones del descenso de algunas coberturas vacunales radica en que “precisamente gracias ellas, hoy en día se desconocen las consecuencias de algunas enfermedades, lo que hace que se les haya perdido el respeto y no se les otorgue la importancia que se merecen”. Igualmente, todos resaltaron que las estrategias de vacunación cobran especial relevancia ante la globalización de la sociedad.

También coincidieron en la importancia del registro vacunal. En este sentido, Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, recordó que “al igual que en la infancia, durante la edad adulta, se debería mantener una cartilla en la que quedara constancia de las vacunas y dosis administradas”.

Libertad vs responsabilidad

Otro de los temas abordados fue el de la inmunización de los sanitarios, “un reto a superar que debemos contemplar de cara al otoño que viene”, indicó Castrodeza. Y es que, por ejemplo, durante la última campaña de gripe, el porcentaje de profesionales vacunados frente al virus no alcanzó el 30 por ciento.

“Esta actitud está relacionada con la baja percepción de peligro que tiene el sanitario, pese al trato directo con los enfermos”, precisa Gil, para quien la vacunación no sólo se debe entender como una protección individual, sino como una medida preventiva para el bien de los pacientes. De hecho, los expertos reunidos en Aranjuez apelaron a la responsabilidad profesional ante el derecho del paciente para potenciarla.