“Se inicia una nueva era en el campo del marcapasos, con un cambio disruptivo en el enfoque tecnológico del implante”. Así valora Lluis Mont, jefe de la Unidad de Arritmias del Hospital Clínic de Barcelona, la llegada de los primeros marcapasos más pequeños y sin cables, que no requieren batería subcutánea y se implantan mediante un procedimiento mínimamente invasivo.
Si en el mes de enero la Unidad de Arritmias del Servicio de Cardiología del Hospital Infanta Cristina de Badajoz implantaba los primeros marcapasos sin cables, fabricados por St. Jude Medical, en esta ocasión el Clínic es uno de los 10 centros de todo el mundo —y único español— escogido para participar en el primer ensayo clínico fase I con un dispositivo desarrollado por Medtronic cuyo tamaño es de 24 milímetros.
En el centro catalán han realizado cuatro de los 60 implantes que se llevarán a cabo en esta primera fase, en la que participan hospitales de Austria, Hungría, Países Bajos, Francia, Estados Unidos, Japón, Malasia e India.
Josep Brugada, director médico del Hospital Clínic, explica que se trata de un dispositivo monocameral y se probará en pacientes que requieren estimulación preventiva pero que no presentan dependencia total del marcapasos, como los casos de bradicardia. Hasta ahora, los convencionales con una sola cámara se utilizan para casos como el bloqueo aurículo-ventricular paroxístico.
Una de las principales ventajas del nuevo marcapasos, además de no requerir quirófano y por tanto el tiempo de programación de una cirugía, es que reduce el riesgo de infecciones o de disfunción de los electrodos —implantados en el propio dispositivo y no en el sistema circulatorio, como antes—, que es una de las complicaciones más comunes con los marcapasos convencionales. Esto es posible porque se coloca mediante un catéter a través de la vena femoral, de forma que el dispositivo queda enganchado en la pared del ventrículo derecho por un sistema de fijación de cuatro patas flexibles que no dañan el tejido cardiaco.
Según concreta Mont, la frecuencia de infecciones es del 1-2 por ciento en la actualidad, una cifra que a nivel global tiene más importancia de lo que parece, y que aumenta cuando se requiere recambio del marcapasos.
La batería de los nuevos tiene una duración de 10 años, aunque es importante colocarla en localizaciones que requieran baja estimulación de energía.