RIESGO COMPARTIDO/ Las alternativas en estas estrategias priorizan la innovación y la adaptabilidad según objetivos y medios disponibles

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| viernes, 18 de noviembre de 2011 h |

Las alternativas en las estrategias de riesgo compartido abogan por una metodología lineal y proporcional que permita la optimización de los costes en función de los resultados reales de salud que se observen en los pacientes sometidos a tratamiento.

Esta personalización en el seguimiento de la eficacia farmacológica, con el paciente y su calidad de vida en el foco de atención, marca la tendencia de los nuevos acuerdos, priorizando la innovación y la adaptabilidad según objetivos y medios disponibles y reduciendo a la vez la incertidumbre asociada a la eficacia esperada de una intervención farmacológica y su financiación.

Los expertos reunidos en el simposio “Riesgo Compartido: Presente y Futuro”, organizado por UCB Pharma y Laboratorios ROVI, en el seno del 56º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria celebrado en Santiago de Compostela, definieron así las actuales propuestas de riesgo compartido, denominados “acuerdos de pago por resultados reales”, como “un paso más”, cuando sea posible, al modelo asociado a las estimaciones de eficacia farmacológica basado en ensayos clínicos con poblaciones determinadas de pacientes, tal y como señaló Miguel Ángel Calleja, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada. Calleja recordó que, algunas ocasiones, los resultados que obtenemos en los pacientes en los ensayos clínicos, no son iguales, ni siquiera similares, por lo que se plantea un acuerdo proporcional al resultado en salud del enfermo, modulando los costes de forma lineal y proporcional.

En la misma línea de priorizar la personalización de estos convenios de adquisición farmacológica por parte de las instituciones sanitarias, Pedro Gómez Pajuelo, subdirector general adjunto del Instituto de Salud Carlos III, insistió en la idea de que un acuerdo de este tipo debe perseguir, en primer término, la mejora del estado clínico del paciente, en segundo lugar, facilitar los tratamientos con los que éste pueda encontrar mejores resultados y, sólo en tercero, considerar la sostenibilidad del sistema.

Gómez Pajuelo aseguró que España se encuentra en un momento “estratégicamente óptimo” para abordar algún tipo de acuerdo a nivel de la UE ya que la Comisión Europea estableció un cronograma el pasado mes de abril —con cierre previsto en 2014— con el que pretende lograr la participación consensuada de los países miembros en materia de sostenibilidad de los sistemas sanitarios públicos y estos tipos de acuerdos son herramientas básicas en la optimización de costes en la provisión y financiación de los medicamentos.

Además, el economista apostó por el acercamiento a las nuevas tecnologías para responder al control “exhaustivo” y el seguimiento “puntual” que precisan unas estrategias que seguirán encontrándose, según Calleja, con las mismas barreras de aplicabilidad: la aceptación del proveedor, al que habrá que ofrecer opciones de rentabilidad y acotar el riesgo, y los costes de evaluación, mayores que en la vía tradicional por requerir de más recursos humanos.

“Solo en tercer término estos acuerdos deben buscar la sostenibilidad del sistema sanitario”

“Las barreras siguen siendo la aceptación del proveedor y los costes de la evaluación”