Aunque se ha avanzado en la coordinación entre AP y especializada, la ex presidenta de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Pilar Román, considera que todavía queda mucho camino por recorrer, por ejemplo incentivando a los profesionales sanitarios.
Pregunta. ¿Cuál es la importancia de la coordinación de atención primaria y medicina interna?
Respuesta. Primordial. O nos coordinamos o el sistema sanitario no será sostenible y los pacientes no tendrán cubiertas todas sus necesidades.
P. ¿Cómo es esta coordinación?
R. Dista muchísimo todavía de ser la deseable aunque depende de cada área y de las características de los profesionales que trabajan en ella. En algunas ya se está haciendo con bastante éxito y en otras todavía ni han empezado, pero en general todos estamos mucho más concienciados de que hay que ir en esa línea.
P. ¿Se ha avanzado últimamente?
R. Sí, se ha avanzado bastante porque, aunque estamos hablando de la continuidad asistencial para todo tipo de pacientes, que es necesaria, ahora con los crónicos nos hemos dado cuenta de que, o nos coordinamos y hacemos equipos multidisciplinares, o los pacientes van de un médico a otro, ingresan, reingresan y reciben exploraciones duplicadas, tratamientos que pueden interferir unos con otros, etc. Hemos avanzado de forma desigual y hay zonas en las que la coordinación es muy importante, en muchos sitios ya hay internistas de referencia para centros de salud, que se pueden comunicar no solo con presencia física, sino que hacen sesiones conjuntas y se puede comunicar por teléfono, por correo electrónico, etc., para solventar problemas.
P. ¿Qué papel juega la enfermera de enlace entre primaria y hospital en los sitios en los que existe?
R. Teóricamente, se ocupa de coordinar todas las necesidades del paciente de las distintas especialidades que precise, tras un alta hospitalaria se pone en contacto con sus médicos para saber qué pasos hay que dar… Están funcionando más en aquellos sitios en que todavía no están coordinados primaria y medicina interna, porque si están coordinados el enlace deja de tener mucho significado.
P. Y las nuevas tecnologías, ¿cómo pueden ayudar?
R. Las que todos tenemos, incluidos los pacientes aunque sean mayores, que son los móviles, pueden ayudar muchísimo, el correo electrónico también, y la historia electrónica compartida entre todos es un avance espectacular y muy necesario. Ahora bien, si hablamos de los dispositivos en los domicilios para tomar la tensión o la glucemia y que avisen a los profesionales en caso de anormalidad, todavía no han demostrado que sean coste-efectivos y hay varios estudios en marcha para dilucidarlo.
P. ¿Hay muchas diferencias entre comunidades autónomas?
R. Sí, las hay entre comunidades, pero sobre todo dentro de cada una hay diferencias dentro de cada departamento de salud porque depende de la actitud de los profesionales, de que estén convencidos, quieran y hagan un esfuerzo, ya que implica dejar de hacer lo que se lleva haciendo años para realizarlo de otra manera. Eso exige cambios, que siempre generan cierta resistencia y, por tanto, depende mucho de las personas. Sin embargo, en líneas generales, en Andalucía, en Cataluña y en País Vasco, por ejemplo, está relativamente avanzado, aunque no hay una diferencia significativa con el resto porque los avances se están dando de forma puntual de un hospital concreto con uno o varios centros de salud.
P. ¿Qué pasos quedan por dar?
R. Muchos para que todo el mundo actúe de esta manera porque hay muchas barreras y vencerlas es difícil. Es complicado que los profesionales nos movamos si no hay un estímulo por parte de la administración, porque todas las comunidades han elaborado estrategias para la asistencia de los pacientes crónicos, pero una cosa es escribirla en un papel y otra que tengan ya planes específicos para llevarlo a cabo. Además, somos personal con plaza fija y sin incentivos, lo que dificulta mucho un cambio. Se deberían fijar objetivos y que quien los cumpla tenga incentivos, pero como eso no existe, es muy difícil que las personas cambien cuando depende solamente de su actitud.