Gaceta Médica Madrid | miércoles, 09 de julio de 2014 h |

La Fundación Pharmaceutical Care, con el apoyo de Biogen Idec, ha puesto en marcha el ciclo ‘El reto de la cronicidad y la necesidad de reinventarse’, cuya primera jornada fue ‘Reflexiones sobre la cronicidad: situación actual y búsqueda de puntos de encuentro’. A través de este ciclo, se pretende analizar el impacto de la cronicidad en enfermedades progresivas y proponer líneas de actuación pluridisciplinar y corresponsable, tomando como referencia el tratamiento de la esclerosis múltiple (EM).

“Es muy importante un abordaje multidisciplinar que permita que la asistencia sanitaria se adapte a la evaluación de la enfermedad en el paciente, favoreciendo su autonomía personal”, señaló Francisco José Farfán, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario de Fuenlabrada y director del Área Hospitalaria de la Fundación Pharmaceutical Care.

Para Farfán, el éxito de este tipo de encuentros reside en contar con un grupo de profesionales de probada competencia y experiencia, entre los que se encuentran médicos, farmacéuticos y miembros de equipos de gestión, comprometidos en participar en las dos sesiones que se han planteado”.

Uno de los puntos de debate a tratar durante la sesión es cómo abordar las enfermedades incurables, grupo en el que se encuentra la EM, dolencia que los organizadores han tomado como referencia. En este sentido, el Alfredo Rodríguez-Antigüedad, jefe del Servicio de Neurología del Hospital de Basurto y presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), ha destacado que “aunque todavía no podemos prevenir ni curar la EM, sí disponemos de varios medicamentos que consiguen frenar su actividad”.

“De hecho, –ha comentado este especialista- los avances en el conocimiento de la enfermedad, gracias al fructífero esfuerzo investigador de las últimas dos décadas, nos empuja a ser optimistas y a pensar en que estos progresos terapéuticos continuarán en el futuro. Así, nuestro objetivo para los próximos años no pasa por frenar la enfermedad, sino pararla”.

Por otra parte y a largo plazo, “los retos se centran en conseguir que el cerebro sea más resistente a las agresiones de la enfermedad, mediante neuroprotección, o incluso, regenerar el tejido cerebral perdido a través de terapias regenerativas. Por ejemplo, ya se está investigando con la primera terapia para regenerar unas determinadas células del cerebro que se dañan selectivamente en la EM”, señala el doctor.

En este contexto, Rodríguez-Antigüedad ha puesto de manifiesto que “los tiempos de las investigaciones y de los pacientes son diferentes, y mientras que cinco años para un paciente puede suponer sobrepasar el ‘punto de no retorno’ en su discapacidad, pueden representar un horizonte cercano en términos de investigación. Es por ello que, mientras esperamos la llegada de nuevos avances terapéuticos, se vuelve imprescindible una atención médica especializada, que debe estar coordinada de manera efectiva con la atención primaria y con otros especialistas”.

Detectar el problema y las posibles soluciones

Rafael Bengoa, director del Área de Salud de la Deusto Business School Health (Universidad de Deusto), ha sido el encargado de impartir la conferencia inaugural de la sesión. Bajo el título ‘La cronicidad: análisis de la situación actual’, Bengoa ha afirmado que “el modelo de organización de servicios asistenciales no nos sirve en un entorno demográfico y de cronicidad como el actual, siendo el principal problema que este sistema de cuidados está diseñado para atender a pacientes y episodios agudos, mientras que hoy, la mayor parte de los pacientes son enfermos crónicos”.

A pesar de que, según ha señalado el experto, “en estos momentos varias comunidades autónomas han elaborado estrategias enfocadas a los pacientes crónicos, es necesario emprender varias líneas de actuación para adaptar el sistema a la nueva situación, empezando por considerar al sector sanitario como generador de valor y no como gasto”.

Así, propone seguir las siguientes líneas de actuación, “empezando por hacer un seguimiento de los pacientes crónicos cuando no están en contacto con el sector de forma presencial, por ejemplo, convirtiendo su domicilio en un centro de cuidados; empoderar a los pacientes para que gestionen mejor sus enfermedades; asegurar la colaboración clínica entre atención primaria y hospitalaria; asegurar la colaboración / integración entre la atención sanitaria y los servicios sociales; e invertir en tecnologías de la comunicación e información para poder implementar el primer y el cuarto punto”.