26º CONGRESO de la asociación europea de urología (EAU)
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J. García
Env. esp. Viena
Ante el impacto de la hiperplasia benigna de próstata (HBP) en la calidad de vida del paciente y sus familias, la carga que supone en su esperanza de vida, o la tardanza en acudir al médico de familia o al especialista cuando hay sintomatología, los especialistas reunidos en Viena abogaron, durante una sesión organizada por GSK, por crear alianzas entre urólogos, médicos de primaria, medios de comunicación y pacientes para crear una mayor concienciación sobre la salud prostática.
Ian Banks, presidente del Foro Europeo para la Salud del Hombre, advirtió que la carga de esta patología se está incrementando, e incluso la HBP moderada, según expuso, tiene un impacto significativo en las actividades diarias del paciente, interfiriendo en su trabajo y vida social. En España se estiman que 270 hombres de cada 1.000 mayores de 40 años padecen HBP, mientras que en otros países de nuestro entorno, como Reino Unido, Alemania, Francia e Italia, la tasa supera los 400 por 1.000.
Banks alertó de las consecuencias físicas y psíquicas de la HBP, y criticó la tardanza de los hombres en acudir al médico. “Es probable que los varones, y ¿los médicos?, asuman los síntomas como algo normal del envejecimiento”, dijo y que no acudan al médico —continuó— para pedir ayuda hasta que los síntomas son molestos, e incluso aquellos con HBP de moderada a grave son reacios de acudir.
Al hilo, Vicenzo Mirone, presidente de la Sociedad Europea de Urología Andrológica (ESAU) y jefe de Urología del Hospital Federico II de Nápoles, desveló que el 71 por ciento de los pacientes con sintomatología del tracto urinario inferior está preocupado por si la HBP deriva a cáncer, y un 66 por ciento por si necesitan cirugía y por problemas en su vida sexual.