r.C. Madrid | viernes, 27 de febrero de 2015 h |

En junio de 2014, Jesús Almendral, el director de la Unidad de Arritmias Cardiacas de HM Hospitales, intervino por primera vez en España a una paciente con flutter auricular mediante un nuevo catéter con la tecnología Intella Tip Mifi. Actualmente, ya se han realizado entre 65 y 70 intervenciones en unos 15 centros de toda España. Almendral habla con GACETA MÉDICA sobre las ventajas de esta nueva tecnología.

Pregunta. ¿En qué consiste exactamente esta nueva tecnología?

Respuesta. Nosotros, en electrofisología cardiaca, estudiamos la actividad eléctrica del corazón a través de catéteres que ponemos en el corazón, generalmente a través de las venas y de las arterias, de forma que nosotros “vemos” el corazón a través de estas señales eléctricas, que son como nuestros ojos. La base de nuestro registro es que el catéter tiene dos, cuatro o seis electrodos en el extremo que están muy juntos, ya que sabemos que cuanto menor sea la distancia entre dos de estos electrodos, mayor es la fiabilidad del registro que obtenemos y, por tanto, más útil nos resulta. Habitualmente, trabajamos con catéteres de una distancia de unos cinco milímetros. Pero no solo realizamos diagnósticos, sino también tratamientos basados en la ablación, es decir, en la anulación de la parte del corazón en la que se está generando la arritmia. El problema es que los electrodos para realizar estos tratamientos tienen que tener un tamaño mayor porque, si no, no conseguimos anularla. Habitualmente, alrededor de cuatro milímetros de un solo electrodo macizo. Así que ahí tenemos un conflicto: queremos que los electrodos estén lo más próximos posible unos a otros pero, al mismo tiempo, necesitamos que estos electrodos tengan cuatro milímetros para producir la quemadura. Llevamos 20 años luchando contra esa dificultad porque son dos intereses contrapuestos. Si el electrodo es muy pequeño, la señal es mejor, pero la lesión que produce es muy pequeña; si tenemos un electrodo más grande, la lesión es mejor, pero la señal es peor. Y en este contexto surge esta tecnología, que consiste en un electrodo que lleva embebidos tres minielectrodos que nos sirven para detectar la señal, lo cual resuelve finalmente esta dificultad.

P. ¿Para qué tipo de arritmias está indicada esta tecnología?

R. Para todas las arritmias que venimos tratando todo este tiempo, casi cualquier arritmia se puede tratar hoy día con ablación. Desde arritmias auriculares como la fibrilación auricular (FA) a sustratos arrítmicos más simples como las taquicardias paroxísticas supraventriculares, las arritmias mediadas por vías accesorias, las taquicardias nodales o las taquicardias ventriculares; por no hablar también de otro tipo de arritmias auriculares, pero menos complejas que la FA, como pueden ser el flutter auricular o la taquicardia auricular. Desde el punto de vista de la ablación es igual que lo que tenemos hasta ahora y, desde el punto de vista de la señal, es mejor, con lo cual sirve para todas. Eso sí, es una técnica nueva y tenemos que ir validando en qué situaciones y en qué arritmias puede tener más interés, ya que hay casos en los que supone un gran valor añadido y otros en los que menos.

P. ¿Qué características tiene que tener un paciente para que se le ofrezca esta nueva tecnología?

R. Se le puede ofrecer a todo aquel al que se le proponga un procedimiento de ablación, lo cual puede ocurrir en pacientes cuyos síntomas estén interfiriendo con su calidad de vida o en pacientes cuya arritmia conlleve un riesgo para su propia vida. En otras ocasiones, también en pacientes en los que ya se ha utilizado un tratamiento con fármacos y no ha sido efectivo o le ha producido efectos adversos. En todos estos casos, hay que pasar ya a un tratamiento físico de ablación como éste.

P. ¿En qué benefician estos minielectrodos al paciente?

R. Vemos mejor las características del tejido del corazón y, por ello, podemos interpretar mejor la arritmia. De ahí que nos vaya a aportar más valor en aquellos casos en los que sea más crítico el definir el punto concreto del corazón que se debe tratar. Nosotros lo estamos utilizando fundamentalmente en arritmias como el flutter auricular, vías accesorias o taquicardias auriculares, pero lo iremos extendiendo progresivamente a otro tipo de arritmias. De hecho, por ejemplo, los catéteres irrigados todavía no se han introducido en la tecnología de los minielectrodos. Hasta ahora solo tenemos la tecnología de minielectrodos con catéteres ciegos, pero estamos esperando y deseando que pronto saquen esta tecnología con catéteres irrigados para poder utilizarlos entonces en otro tipo de arritmias.

P. ¿Hay alguna ventaja en cuanto al nivel de seguridad?

R. Yo pienso que sí. La ablación consiste en hacer pequeñas quemaduras en el corazón por lo que, probablemente, mejor cuantas menos hagamos; hay que hacer justo las necesarias y no más. Al tener una señal tan precisa, hay algunas zonas donde realmente vemos que no vamos a tener que tratar y, por eso, podemos circunscribir mejor el tratamiento a zonas más pequeñas. Es tecnología interesante porque cuanto menos haya que ablacionar, mejor.

P. Ya a nivel más económico, ¿qué ventajas aporta en coste/eficacia?

R. Esto es otro capítulo, el de contar pacientes y ver qué plus de beneficio tiene esto y en qué medida. Para saber qué valor añadido tiene, hay que medirlo en cifras y porcentaje, algo bastante más complicado. Desde el punto de vista de mi experiencia en este campo, esto es algo muy interesante por lo que ya he comentado, porque nuestro caballo de batalla es conseguir mejores señales eléctricas y porque hacemos muchas cosas para eso, desde que haya menos ruido eléctrico en las señales hasta utilizar aparatos que registran la señal mejor, amplificadores, filtros… Hacemos muchos malabarismos para conseguir eso que es difícil. La señal eléctrica del corazón es de muy baja amplitud porque es electricidad biológica y, para poder registrar esto con aparatos, hay que hacer muchas transformaciones. Lo bueno es que esta tecnología es una ayuda más que procede no del tratamiento de la señal, sino de su origen, y eso es muy importante. Podemos tratar la señal que queramos después pero es difícil que la señal sea buena si es mala en el origen. Sin embargo, cuando la señal es muy pura en su origen es cuando más beneficio podemos obtener.

Es una técnica nueva y tenemos que ir validando en qué arritmias puede tener más interés”

Nos va a aportar más valor en los casos en que sea más crítico definir el punto concreto del corazón”

Estamos esperando y deseando que exista esta tecnología en catéteres irrigados”

Lo bueno es que es una ayuda que no procede
del tratamiento de la señal, sino del origen”