Prescripción/ Montero tramite por la vía urgente un decreto que contempla ahorros entre 40 y 200 millones con las subastas de medicamentos

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Protectores gástricos, estatinas y antiagregantes plaquetarios, primeros afectados

El Ministerio de Sanidad dice que el proyecto no afecta a la prescripción del médico

| 2011-07-15T16:09:00+02:00 h |

Carlos b. Rodríguez/J.G.

Madrid

¿Puede el intento de profundizar en una estrategia dar como resultado algo opuesto al resultado de esa estrategia? La respuesta a esta pregunta es sí, si de lo que hablamos es del proyecto de decreto de Medidas Urgentes sobre Prestación Farmacéutica del Sistema Sanitario Público de Andalucía. Con su proyecto de subastas, la consejera de Salud, María Jesús Montero, pretendía profundizar en la prescripción por principio activo (PPA). El resultado será, en efecto, una prescripción por PPA aunque, paradójicamente, por lo general solamente se hablará de dispensar una única marca. Andalucía, pionera en la PPA cuando el Sistema Nacional de Salud iba por otros derroteros, vuelve a desmarcarse ahora del resto de comunidades autónomas, precisamente cuando algunas de ellas se suman a la PPA. ¿Contraria a sus propios principios? A primera vista no lo parece. Montero ha defendido en múltiples ocasiones que lo que intenta con la licitación de fármacos es ahondar en esta estrategia.

Y el Ministerio de Sanidad tampoco ve que las subastas vayan a la contra. Fuentes del departamento de Leire Pajín consultadas por GACETA MÉDICA señalan que “a falta de un análisis más pormenorizado, parece una iniciativa positiva porque respetando la prescripción por principio activo, genera ahorros adicionales que son necesarios sin afectar la calidad ni la voluntad de prescripción de los médicos”.

Por su parte, Juan José Sánchez Luque, presidente del Colegio de Médicos de Málaga, señala que “siempre que se respete la libertad de prescripción y se de el medicamento más indicado en función de la evidencia científica, estaremos a favor”, ahora bien, “hay que esperar a ver cómo se aplican” las subastas. “Esto es diferente al catálogo gallego, hablamos de que determinados medicamentos van a tener un apellido concreto”, matiza y reclama que, además de las licitaciones, se estudie si se deben financiar los medicamentos con visado especial “cuya eficacia no es óptima”.

El texto del proyecto de decreto de la Junta persigue un objetivo doble: uno, disminuir el gasto público en medicamentos y productos sanitarios “aprovechando los mecanismos legítimos de competencia, y dos, contribuir a la mejora de la dispensación al disminuir los “inconvenientes” que supone para los pacientes el cambio de presentación en las sucesivas dispensaciones. Algo que el sector ponía de manifiesto desde hace tiempo y que solamente ahora, con las subastas, la Consejería de Salud andaluza también reconoce.

La idea de las subastas, la medida estrella de un decreto que se tramita por la vía urgente y que podría llevarse a Consejo de Gobierno a la vuelta de otoño, es lograr ahorros de entre 40 y 200 millones de euros al sacar a concurso los subgrupos farmacoterapéuticos de nivel 4 “de mayor consumo”, es decir, aquellos que más gasto sanitario representan para las arcas públicas andaluzas.

Se empezará con los protectores gástricos, las estatinas y los inhibidores de la agregación plaquetaria. Pero el decreto permite a Montero extender la subasta a todos los subgrupos que tengan un genérico o incluso licencias. Sin embargo, no siempre habrá una única presentación a la que médicos y farmacéuticos podrán recurrir. Para garantizar el adecuado suministro en las oficinas de farmacia, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) hará constar en la convocatoria la posibilidad de seleccionar más de un fármaco para una misma formulación.

La subasta no es la única medida prevista por el gobierno andaluz para adelgazar aún más la factura farmacéutica. Tras la salida de las oficinas de farmacia de los medicamentos de diagnóstico hospitalario, ahora le tocará el turno a los productos sanitarios. Los artículos 9 y 10 articulan la posibilidad de que los centros sanitarios puedan adquirir y suministrar directamente a los pacientes los tratamientos dietoterápicos y los productos sanitarios incluidos en la prestación farmacéutica que les sean prescritos. De la misma forma, se contempla que sea el propio médico el que, en sus visitas domiciliarias, lleve los productos sanitarios y para la nutrición enteral domiciliaria que sean necesarios.

Subasta frente a catálogo

Una vez que ha salido a la luz este proyecto de decreto, que nace con vocación de ser exportado a otras comunidades, no cabe esperar una actitud crítica por parte del Ministerio de Sanidad. Sus responsables aseguran que la situación generada por el decreto andaluz “no es semejante” a la generada con Galicia, donde hay, añaden, un conflicto jurídico competencia.