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Almirall ha sido capaz de mantener su apuesta por la I+D en el contexto de una complicada tesitura económica actual. GM habló con su director general en España, Enrique Domínguez, sobre cómo lo logran.
Pregunta. Parece claro que la I+D es clave. ¿Cómo se superan las trabas que interpone la crisis para seguir adelante?
Respuesta. Nosotros tenemos un proyecto empresarial que se basa en tres pilares: mantener la posición de liderazgo en España, la internacionalización de la compañía y, sobre todo, un compromiso irrenunciable con la I+D. Hemos podido hacer frente a la situación de crisis manteniendo este compromiso gracias a que hemos equilibrado el impacto de las medidas de contención de costes en España con nuestra expansión internacional.
P. Almirall acaba de lanzar en España aclidinio (Eklira Genuair), un broncodilatador de investigación propia. Síntoma de su “buena salud” en I+D.
R. Somos una compañía comprometida con la I+D y además hemos tenido resultados. Eklira es el último y el más relevante en estos momentos por el cambio que va a suponer en la dimensión de la compañía y en su presencia internacional, pero no ha sido el único. Desde el año 1978 hemos proporcionado el 30 por ciento de todos los productos farmacéuticos que se han investigado en España. Almirall ha sido la primera compañía española que consiguió en su momento registrar y lanzar a través de una licencia un producto en el segundo mercado mundial, Japón. También fue la primera que registró y lanzó aceclofenaco en un mercado europeo muy complejo como es el Reino Unido, y en el año 2000 fuimos los primeros en lograrlo en Estados Unidos con un producto de investigación propia, Almogran (almotriptán).
P. ¿Qué proyectos futuros de I+D destacaría?
R. Para el futuro, trabajamos en una serie de asociaciones con aclidinio. Por ejemplo, estamos desarrollando la asociación con el broncodilatador formoterol. En el área gastrointestinal, tenemos un producto para el síndrome de intestino irritable con estreñimiento, la linaclotida, que ha sido aprobada recientemente por la EMA. En el campo de la esclerosis múltiple, tenemos un producto licenciado de la compañía inglesa GW, Sativex, que comercializamos prácticamente en toda Europa para tratar la espasticidad asociada a esta enfermedad, y está en desarrollo también para el dolor oncológico. Además, contamos con proyectos en dermatología en la unidad de investigación en Alemania.
P. ¿Cuáles son las últimas cifras de inversión en I+D de Almirall?
R. A pesar de la situación de crisis, llevamos ya varios años en los que invertimos alrededor de un 20 por ciento de nuestra cifra de negocio y de nuestro personal, cerca de 500 personas, a la investigación y desarrollo de nuevos productos. La cifra consolidada de 2011 fue de 144.500.000 euros. Aún no tenemos el dato oficial de 2012, pero estará en torno a esa cifra. Y la previsión es mantenerla en 2013.
P. ¿Son activos en el ámbito de la colaboración público-privada?
R. Desde nuestra experiencia en investigación de más de 40 años hemos llevado a cabo vínculos con el mundo universitario, tanto en España como en el extranjero. En la actualidad tenemos en estudio con la Generalitat de Catalunya cómo abordar la interrelación a través de la ‘mesa para la innovación’ de la industria farmacéutica y del Sistema Catalán de Salud. Y también estamos trabajando conjuntamente con la Universidad Pompeu Fabra, concretamente con el Centre de Recerca en Economia i Salut (CRES), para vincular los conceptos actuales de farmacoeconomía dentro de nuestras premisas de trabajo.
P. ¿Considera que el concepto “inversión a largo plazo” es garantía de futuro del Sistema Nacional de Salud?
R. Hay una idea clara. Lo que investigamos hoy serán soluciones de salud para mañana, y las moléculas que se desarrollen serán los genéricos del futuro. La industria ha sido muy protagonista de todas las medidas de contención que la coyuntura ha exigido, pero esto no se ha equilibrado con un estímulo claro por la innovación.
Se debe abrir la puerta a las nuevas moléculas y no menospreciar aquellas que ya tienen genérico, porque también forman parte de la masa crítica que tienen las compañías para su desarrollo futuro.
P. El alto nivel de producción científica en Cataluña es uno de los motivos que nos ha conducido a la Gaceta Médica catalana. ¿Cómo lo valora?
R. Es un proyecto muy interesante porque tiene una dimensión propia en lo que se refiere a la actualidad catalana.
Pregunta. ¿Cómo surgió el proyecto para desarrollar el bromuro de aclidinio?
Respuesta. Se inició con un proyecto de desarrollo de antimuscarínicos en el año 1996. En aquella época éramos conscientes de que teníamos un cierto know-how en el tipo de dianas terapéuticas y de receptores relacionados con esta clase de productos. Entonces, se inició un programa de investigación que se materializó con la identificación de la molécula en el año 1999 y su desarrollo posterior. A lo largo del proceso han tenido lugar algunos hitos muy relevantes que me gustaría destacar. Ha sido el primer producto de tipo inhalatorio que ha pasado el filtro de la Agencia Americana del Medicamento (FDA) en una primera tanda de evaluación. Esto, junto con la aprobación en Europa, que hemos conseguido en ambos casos antes de lo previsto.
P. ¿Qué ventajas presenta este producto innovador para el tratamiento de la EPOC?
R. La principal necesidad de los pacientes con bronquitis crónica, enfisema o EPOC es respirar mejor, y Eklira proporciona con dos administraciones diarias una cobertura de 24 horas de los síntomas respiratorios, de la disnea, durante el día, la noche y al despertarse, así como una disminución de las exacerbaciones, todo ello con un dispositivo de inhalación que también es un desarrollo nuestro, que facilita la administración del producto al paciente de una forma sencilla y evita errores de dosificación. Además, el medicamento tiene una seguridad similar a placebo.