En su currículum leemos que es sacerdote, prior y miembro de la Muy Ilustre Administración del Hospital de Sant Pau y pintor, y que fue médico y miembro del Comité de Bioética del hospital hasta hace unos años. Además, ha tenido tiempo para estudiar periodismo y doctorarse con una tesis sobre la dieta de ciertas órdenes religiosas.
Pregunta. ¿Fue complicada la decisión de hacerte sacerdote?
Repuesta. La verdad es que no. Tenía 22 años y un sacerdote me preguntó: ¿por qué no te ordenas? En aquel momento, no entendí por qué me hacía esa pregunta a mí. Pero pensé en los pros y los contras, y decidí que sí.
P. Ahora que medio mundo está preocupado por el colesterol, háblame de los beneficios de la dieta bíblica.
R. Bueno, para mi tesis estudié la dieta de comunidades de religiosos trapenses y cartujanos. Seguían una dieta basada en los preceptos del Antiguo Testamento, que tiene muchos puntos en común con la dieta mediterránea, ya que se da importancia al aceite, el vino y ciertos tipos de pescado, y aparca la carne de cerdo. El resultado fue que tenían los triglicéridos muy bajos.
P. ¿Y nunca has dudado de tu vocación? La ciencia no deja de dar respuestas…
R. Nunca. Defiendo que la ciencia tiene que avanzar, pero eso no me hace dudar de mi fe. Creo que Dios está, de alguna forma, al lado del científico que descubre un nuevo fármaco.
P. ¿Cada vez reclaman menos tus servicios en el hospital?
R. Sí, hace unos años, todo el mundo recibía la extremaunción. Ahora, la piden muchas menos personas.
P. Pero ,¿no dudabas de tu vocación ni cuando tenías que emitir tu opinión desde el comité de bioética del hospital en casos especialmente delicados…?
R. Siempre hay que saber dialogar, entender el punto de vista de las otras personas, pero, claro, hay líneas que, como católico, considero que no hay que traspasar.
P. Hablando de líneas… ¿de dónde te viene la pasión por pintar cuadros impresionistas?
R. No lo sé. Empecé de pequeño, en Vic, antes de ir a Barcelona a estudiar medicina. Disfruto muchísimo pintando. Incluso, he pintado murales de escenas religiosas para una iglesia de Taiwán y otra de Bogotá y he realizado varias exposiciones de mis obras.
P. ¿Y cómo repintarías el ejercicio actual de la medicina?
R. Yo creo que a la práctica de la medicina le hacen falta pinceladas de luz. En el impresionismo, la luz es fundamental. Sería necesario potenciar más la parte humana de la medicina, el trato al paciente. Creo que se está demasiado obsesionado con la parte técnica en detrimento de la humana. Habría que dar mejor información al paciente, ayudarle a tomar decisiones, contar más con él.
P. Tu diagnóstico al auscultar el alma del SNS es…
R. Que hace falta un replanteamiento serio de hacia dónde va la sanidad pública. No es normal que todos los problemas se quieran solucionar a base de recortes. Y eso que gracias al esfuerzo de los profesionales, que han visto como sus sueldos se reducían, se está intentando mantener la calidad de la asistencia.
P. ¿Qué estilo pictórico aplicarías para repintar el SNS?
R. Un estilo impresionista, con mucha luz y pinceladas de gran calidad, para que ayuden a que la gente sienta el sistema como suyo. Yo creo en la sanidad pública, pero es necesario cuidarla.
P. En los cuadros impresionistas hasta las sombras parecen tener luz.
R. Es que prácticamente no se utiliza el color negro.
P. ¿Y nunca has dado una pincelada negra en tu vida?
R. Cuando eso ha ocurrido, he intentando aplicar otra pincelada, para que vuelva a destacar la luz.
¿Un momento de tu vida? Cuando decidí que sería sacerdote.
¿Un cuadro? Alguno de la época azul de Picasso.
¿Un pintor? Joaquim Mir.
¿Música? Mozart.