director de
comunicación de IDIS viernes, 10 de octubre de 2014 h
La inmunización a través de la vacunación salva cada año 2,5 millones de vidas en el mundo, una cifra que evidencia la “importancia” de las vacunas y los calendarios vacunales que, en opinión de los expertos, pueden ser consideradas como “una inversión” de futuro para los países, tanto desarrollados como en vías de desarrollo. La prevención primaria a través de una vacuna puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte de una persona.
La vacunación puede ser considerada como una inversión y tal es así que en los últimos 10 años, gracias a la inmunización y otras medidas sanitarias, se ha logrado que la mortalidad en niños de menos de 5 años haya disminuido en dos millones al año; es más, es digno de subrayar el esfuerzo tan importante que se ha desarrollado en el último decenio en favor de eliminar el desfase existente en torno a la vacunación entre los países ricos y pobres.
En la actualidad la cobertura de vacunación entre los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo registra una diferencia de entre un 15-16 por ciento, mientras que hace 10 años “la brecha” alcanzaba el 30 por ciento.
Se ha hecho por lo tanto un gran esfuerzo para reducir este desfase y aunque queda mucho trabajo por realizar, uno de los grandes éxitos de la vacunación es que hoy en día llega a todos los sitios del mundo, incluso a los más desfavorecidos, mediante diferentes programas de cooperación y ayuda, salvando enormes complejidades como puede ser sin ir más lejos la preservación de la cadena de frío o la seguridad del suministro en algunos casos. Es aquí donde la industria farmacéutica comprometida con este entorno preventivo está haciendo una tarea ímproba y encomiable, muchas veces no suficientemente reconocida injustamente por algunas parcelas de nuestra sociedad.
En cuanto a España, podemos afirmar que en general tenemos una buena cobertura vacunal ya que con las más habituales estamos por encima del 90 por ciento de cobertura de la población, y es de destacar que estos datos se han logrado gracias a que los pediatras, las enfermeras y los profesionales sanitarios en su conjunto creen que las vacunas son, además de buenas, perfectamente seguras.
Pero todavía queda mucho por hacer, especialmente en el ámbito de las nuevas vacunas como puede ser la del papiloma virus, la del rotavirus, la del meningococo tipo B, la de la hepatitis A, etc… También hay un segmento de mejora evidente en los programas de vacunación del adulto y en aquellas relacionadas con viajes y salidas a países con alta prevalencia de algunas enfermedades tropicales, que tienen per sé una morbilidad elevada en las zonas de riesgo y en algunos casos un desarrollo grave de la enfermedad y por lo tanto un pronóstico complejo dadas las complicaciones intercurrentes que pueden surgir a lo largo de su evolución.
En este entorno, es necesario destacar los esfuerzos realizados por las diferentes administraciones para elaborar un calendario único de vacunación, pero este esfuerzo no ha culminado según apuntan los expertos en un calendario común para todas las CC.AA, ya que entre otras carencias, este año no están incluidas algunas como la del rotavirus, meningococo tipo B y otras como la de hepatitis A, la varicela o la tosferina en adolescentes que sólo se encuentran en algunos territorios de nuestro país; Otra vacuna que también se ha visto afectada por las restricciones es la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente (PCV13).
Apuntan los expertos que estas carencias evidentes pueden hacer que las patologías cubiertas por las mismas puedan sufrir un rebrote en el futuro, lo cual puede generar un problema evidente de Salud Pública dados los problemas asociados que eso implicaría en términos de morbilidad y de gasto incremental asociado tanto en el medio como en el largo plazo.
Desde IDIS y con nuestro fuerte compromiso con la medicina preventiva abogamos por desarrollar un calendario exactamente igual para todas las CCAA, un calendario que sea de máximos, no de mínimos y que contemple todas las vacunas. Una prevención primaria como es la vacunación a todos sus niveles supone un gasto netamente inferior a lo que plantea el abordaje de la enfermedad una vez iniciado el proceso, y no solo esto es importante, sino que lo más relevante es la morbilidad y mortalidad que el proceso patológico puede generar.
Que el árbol no nos impida ver el bosque en materia de prevención y tratemos entre todos de hacer un esfuerzo coordinado para que nuestra sociedad tenga acceso a un catálogo completo de vacunación sin restricciones, al fin y al cabo aquí es donde se hace bueno el dicho popular que más vale prevenir que curar en todos sus aspectos y matices.