Almudena Fernández Madrid | viernes, 14 de octubre de 2016 h |

El senderismo, la lectura, los viajes, el buceo, la música, los conciertos, el cine, el teatro, sus dos gatos y, sobre todo su profesión como enfermera, ocupan completamente el día a día de la coordinadora del Grupo de Diabetes de la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Cataluña (Aificc), Natalia Mingorance, que, aún así, siempre encuentra tiempo para ayudar a los demás, tanto en España como en otros países.

Pregunta. Como aficionada al buceo, ¿te gusta llegar al fondo de las cosas?

Respuesta. Sí, me gusta descubrir lo que origina el problema. Mi filosofía de vida es intentar conocer el porqué de las cosas para arreglar los problemas.

P. El neopreno te impide mojarte cuando buceas, pero hay otras causas por las que sí te mojas…

R. Todo lo que tenga que ver con ayudar a las personas en cualquier ámbito, lugar y momento es en lo que no me importa mojarme nunca.

P. ¿Crees que la atención primaria en España está a punto de ahogarse?

R. Sí, se nos ha ido de las manos a todos. Hace un tiempo a los sanitarios y al sistema con el paternalismo. Ahora, todo lo contrario, queremos salir del paternalismo y estamos intentando creer en el empowerment, pero los pacientes no están respondiendo de esa manera. Hemos perdido los valores básicos de cosas tan sencillas como una buena alimentación o hacer ejercicio.

P. Combinas pisar sitios nuevos (viajar) con explorar lo que no se pisa (el mar), ¿con cuál de estas dos experiencias te quedas?

R. Intento aunar las dos cosas. Me gusta lo desconocido, los cambios, innovar, las cosas nuevas, entonces exploro sitios nuevos y el mar forma parte de ello.

P. Últimamente, ¿crees que la sanidad ha tenido alguna botella de oxígeno?

R. No, desde que yo empecé a ser enfermera y a trabajar en AP no hemos ido para bien en nada. Sí hay pequeñas gotitas de oxígeno que le vamos dando los profesionales, creo que todo el mérito al final es nuestro y nadie lo reconoce.

P. También eres aficionada al senderismo… ¿Cómo es el camino que has recorrido en el sector sanitario?

R. Duro pero bonito. Decidí ser enfermera cuando todavía no sabía que iba a ser la profesión de mi vida y mi pasión. Me he ido adaptando para llegar a donde estoy y he hecho grandes esfuerzos.

P. ¿Has encontrado muchas piedras en el camino?

R. No tantas, a veces piensas en el momento que son piedras, pero luego miras atrás y no lo han sido.

P. Haces voluntariados muy habitualmente, ¿crees que la cooperación es el único camino posible?

R. No es el único, el problema es que los cambios tendrían que ser del Banco Mundial, de las políticas exteriores, de cosas que no están a mano. Quizá la única vía de ayuda ahora es la cooperación, lo que les queda a muchos pueblos para poder mejorar su salud, pero es una pena.

P. Como experta en diabetes, ¿crees que con el incremento de la obesidad se están dando pasos atrás?

R. Sí, muchos. Están saliendo unas cifras que ponen la piel de gallina de aquí a 2030 por los malos hábitos que tenemos. Vamos abocados a tener una población diabética con muchísimos problemas.

P. Si dicen que todos los caminos conducen a Roma… ¿Hacia dónde deben ir todos los caminos en Sanidad?

R. A la prevención, a veces simplemente con hacerlo a una edad temprana sabes que retrasas diez años la enfermedad.

P. Además de para hacer senderismo, ¿con qué otras cosas te pones las botas?

R. En la selva cuando tengo que cruzar el río, tomando sushi o bebiéndome una cerveza después de un día duro en África.

P. Te gustan los viajes no programados. Si Labordeta llevaba “un país en la mochila”, ¿qué no falta en la tuya?

R. En la mía faltan muchas cosas porque son innecesarias, he aprendido a llevar lo mínimo. Lo que nunca falta es un libro, las lentillas para poder ver bien y, si voy a un país con lluvias, mi chubasquero va conmigo siempre.

PÍLDORAS

¿Cuál ha sido tu último viaje? A Senegal.

Te gustan los conciertos, el cine, el teatro… ¿Algún espectáculo al que estés deseando ir? A ver una obra de teatro de un amigo.

El buceo tiene que ser siempre en pareja, ¿con quién irías a las profundidades del mar? Con un buen amigo.