Almudena Fernández Madrid | viernes, 04 de noviembre de 2016 h |

Catedrático de Medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Vall d’Hebron y autor de múltiples libros, el último de ellos ‘Confesiones de un médico’. Pero Miquel Vilardell no solo demuestra su buena mano con los pacientes y la literatura: también con la raqueta de tenis.

Pregunta. En tu último libro reflexionas sobre cómo ser “un buen médico y un médico bueno”, ¿cómo se consigue?

Respuesta. Se consigue de dos maneras, en primer lugar, sintiendo pasión por el trabajo y estudiando mucho para adquirir conocimientos y, en segundo lugar, con valores personales adquiridos desde la infancia, adolescencia y edad adulta que se mantienen y practican toda la vida.

P. ¿Es un ‘fifty-fifty’? ¿O algo pesa más en la balanza?

R. Creo que son importantes por igual, ninguna de las dos puede faltar, porque sin lo primero, que son los conocimientos, la experiencia y la pasión, mal asunto, y si fallan los valores personales, la relación que se establece con el enfermo, que debe ser contractual y de confianza, no se llega a producir nunca.

P. ¿A quién le prescribirías tu libro?

R. Al que quiere ser médico y a todos los médicos para que reflexionen por si pueden mejorar algo en su trabajo diario.

P. Se titula ‘Confesiones de un médico’… ¿Para cuando una secuela con las del paciente?

R. Los pacientes ya hacen confesiones muchas veces, bien cuando han salido de un proceso al cual temían muchísimo y explican qué pensaron en aquel momento, bien cuando un médico al que querían mucho fallece y le hacen una columna o una necrológica en un periódico. Sin embargo, es cierto que las valoraciones de un paciente cuando realmente no ha tenido un problema grave no acostumbra a producirse.

P. A la consulta muchas veces solo le falta la cortinilla para ser todo un confesionario, ¿no? Solo que en vez de prescribir ‘avemarías’ se prescriben tratamientos…

R. La base de una relación de confianza, se basa en la confidencialidad y en eso es un poco como un confesionario porque ahí tienen que explicarte el pasado, el presente y qué piensan de su futuro y evidentemente las personas sienten a veces pudor al contar ciertas cosas. Confían en un profesional que saben que tiene que mantener la confidencialidad y debemos preservarla.

P. Como aficionado al tenis, ¿cuál ha sido el mejor golpe de efecto de la medicina interna en los últimos años?

R. El renacer de la misma. Su utilidad en el campo asistencial es el eje vertebrador de la práctica médica en todos los hospitales del país. También es la que tiene una visión integral de la medicina y ha hecho un gran esfuerzo como sociedad científica para estar presente en todos los medios, sobre todo científicos, y esto es importante.

P. ¿Qué le hace falta a la medicina interna para completar su ‘Grand Slam’?

R. Creo que ha ganado muchos grandes premios en el mundo y se mantiene. Lo que debe mantener la medicina interna es la paciencia, la perseverancia y el buen humor.

P. ¿En un partido en el que la sanidad sea uno de los jugadores, ¿quién sería el rival?

R. El Ministerio de Economía y las consejerías del ramo, que son las que marcan el presupuesto.

P. ¿Hay algo que hayas aprendido en la pista y apliques en consulta?

R. Que lo más importante no es ganar un juego, sino el partido, y para ello la constancia y la tenacidad tienen que estar presentes en la pista y también la habilidad para poder mantenerte físicamente, no agotarte en un primer momento y terminar el partido bien, y en medicina exactamente igual.

P. ¿Alguien del sector sanitario con el que te gustaría jugar ‘una pachanga’?

R. Un partido de tenis para distraernos y hablar lo jugaría con cualquier compañero que sea un buen médico y un médico bueno, y en España hay muchos.

P. Como aficionado a la lectura, ¿la situación de la sanidad en España te parece a veces ciencia ficción?

R. En parte sí, porque que con poco presupuesto seamos uno de los sistemas de salud pública mejores del mundo es un poco ciencia ficción, pero cuando toco con los pies en el suelo veo que es una realidad gracias a que los profesionales son excelentes y son los que lo hacen posible.

PÍLDORAS

¿La agresividad y constancia de Nadal o el temple y variedad de estilos de Federer? Federer.

Tus dos hijos, ¿tu mejor pareja de dobles? Lo han sido, sí.

Sin querer descubrirla, ¿alguna confesión inconfesable? No, lo he confesado todo, lo que pienso realmente de la medicina, estoy satisfecho de todo lo que he hecho.