Esther Martín del Campo Madrid | viernes, 08 de noviembre de 2019 h |

El director médico de Bristol Myers Squibb (BMS), José Cabrera, ha sido el capitán del equipo de España y Portugal en la carrera ciclista ‘Country 2 country 4 cancer’. Esta es su visión sobre los desafíos en el campo del deporte y la medicina.

Pregunta. ¿Pesa menos la bici cuando uno se siente tan bien arropado?

Respuesta. Sin duda, pesa mucho menos cuando uno se siente arropado por el equipo, por la familia, por los compañeros y también cuando uno se compromete en apoyar a los demás.

P. Para avanzar en medicina, ¿cómo debe ser un buen pelotón?

R. Lo primero es tener en cuenta que los objetivos no son individuales, sino colectivos. El ciclismo es un deporte individual pero cuando uno va en el grupo, el esfuerzo es mucho menor, y el rendimiento es mucho mayor. Estar dentro de un colectivo y tener conciencia de ello ayuda a ir más deprisa, a ir mejor, y a hacer un trabajo de mayor calidad. También es verdad que los riesgos son mayores. Si uno no hace bien su trabajo puede impactar en el trabajo, y la seguridad de los demás.

P. ¿Cuál es su meta como director médico de BMS?

R. Me considero médico y mi meta como director médico es siempre intentar que en todo lo que hago haya al final un paciente beneficiado, desde esta entrevista al último contrato para poner en marcha un estudio, o un programa de acceso temprano. El objetivo de nuestro trabajo es siempre conseguir que nuestros fármacos lleguen al mayor número posible de pacientes y que los profesionales los utilicen de la mejor manera posible.

P. ¿En oncología es básico ser un buen escalador?

R. En medicina es básico serlo, porque no todos los días son fáciles y hay muchas montañas que subir. A veces hay resultados negativos de estudios, aunque afortunadamente tenemos muchos resultados positivos, que se traducen en que lleguen más fármacos a los pacientes. A mí, en ciclismo, me gusta mucho la escalada, porque tengo más conciencia del esfuerzo y de la dificultad. Me gustan los retos, más que la velocidad. Si lo piensas la mayoría de los ciclistas famosos han sido más escaladores que velocistas. Quizá ganan menos etapas, pero al final se recuerdan más sus éxitos, pues suelen ser más los ganadores de las grandes vueltas. Aunque sin olvidar que detrás de ese éxito individual siempre hay un gran esfuerzo colectivo.

P. ¿Hay otras áreas en la medicina que exijan un esfuerzo especial?

R. He trabajado en muchas áreas de la medicina y cada una tiene sus peculiaridades. En el caso de la Oncología, por ejemplo, todavía muchos pacientes siguen falleciendo, y el objetivo es conseguir que haya más pacientes largos supervivientes. En otras patologías, se busca la calidad de vida, en otras, abaratar el coste; cada área tiene sus diferencias. Nosotros tenemos tres grandes áreas diferenciadas: inmunología, cardiovascular y oncología, y todas tienen sus peculiaridades. Algo común a todo, y a la propia compañía, es que al final tenemos que tener muy claro por qué hacemos lo que hacemos, y la respuesta es por los pacientes y sus familiares.

P. ¿Cuál ha sido la carrera más importante de su vida?

Profesionalmente, alcanzar la posición que tengo en este momento; después de más de 25 años de carrera, creo que he alcanzado un excelente desarrollo profesional. Como deportista, dos grandes satisfacciones: el haber terminado varios maratones en menos de tres horas y las cuatro participaciones en el ‘Country 2 country’, porque detrás iba un equipo y una fundación y también porque era un deporte que reconozco que odiaba, y le di totalmente la vuelta gracias al objetivo de la carrera, al hacerlo por los pacientes.

P. ¿Qué tipo de noticias hacen que pese más la bicicleta?

R. La mayor frustración como médico y profesional de la industria es ser consciente de que tienes un fármaco que podría cambiar la vida de las personas y que a veces se ponen limitaciones puramente administrativas o financieras, como visados o IPTs restrictivos.

P. Industria farmacéutica y formación médica continuada, ¿son buenos compañeros de equipo?

R. Son imprescindibles. En este momento hay que tener en cuenta que la formación médica continuada prácticamente en un cien por cien está apoyada, financiada o subvencionada por las compañías farmacéuticas, con un propósito legítimo y ético de que los profesionales sanitarios sepan usar de la mejor manera posible los fármacos y estén perfectamente formados sobre cómo emplearlos y que estén evidentemente informados de sus bondades y de sus efectos adversos para tratar mejor a los pacientes. Sin la industria detrás los profesionales no tendrían la formación que la profesión requiere. Desde que uno empieza a los 18 años a estudiar medicina uno está, y debe estar, en continua formación.

PÍLDORAS

Un deportista al que admire. Rafa Nadal.

Una frase que recuerde con frecuencia. No me preocupo, sino me ocupo.

Un libro para desconectar. La trilogía de Escipión, de Santiago Posterguillo

Un médico de referencia. Tuve un maestro, un adjunto de medicina interna, Julio Tejero, que falleció de cáncer. Me enseñó todo lo que sé de medicina y cómo tratar al paciente.