Recientemente, multitud de instituciones han realizado llamamientos para que, durante la Presidencia española del Consejo de UE, que comenzará en julio, se impulse y promueva la importancia de la salud cardiovascular.

En España se producen alrededor de 600.000 ingresos al año debidos a patologías cardiovasculares. Ante estas cifras es fundamental fomentar medidas que protejan a los ciudadanos del impacto que produce este problema de salud.

Por eso, la Fundación Española del Corazón (FEC) lleva un tiempo fomentando la creación de Ciudades Cardioprotegidas.  “Para realizar este proyecto hemos contado con la ayuda de la Federación Española de Municipios y Provincias que cuenta con una subcomisión, la Red Europea de Cuidades Saludables con la que buscamos que los municipios estén cardioprotegidos”, explica a GM, Andrés Íñiguez, jefe de servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo y presidente de la FEC.

“Para conseguir el certificado los municipios tienen que comprometerse a iniciar el programa y desarrollarlo de forma progresiva”

Andrés Íñiguez, jefe de servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo y presidente de la FEC

En España se producen un total de 30.000 paradas cardiorrespiratorias en la calle, la supervivencia de este tipo de paradas es inferior al 10 por ciento. Esta poca supervivencia esta relacionada con la precocidad con las que se les presta atención y reanimación cardiopulmonar básica. “Por cada minuto que trascurre sin reanimación la supervivencia disminuye”, explica Iñiguez que afirma que si se diese esta reanimación en 5 minutos la supervivencia podría llegar al 40 por ciento.

Es por eso, que el proyecto busca que haya una disponibilidad de desfibriladores externos automatizados en la vía pública, lo ideal es que hubiese uno por cada 1.000 habitantes.

Con estos aparatos se puede dar un choque eléctrico y desfibrilar el corazón que esta en parada a causa de una arritmia.

El proyecto

La certificación de una ciudad como espacio cardioprotegido viene a ser la garantía para todas las personas de disponer de un desfibrilador DEA DESA en espacios públicos y en perfecto estado de funcionamiento. “Para conseguir el certificado los municipios tienen que comprometerse a iniciar el programa y desarrollarlo de forma progresiva”, comenta Íñiguez.

“No hemos visto que nadie los vandalice por el momento. La ciudadanía sabe que es algo bueno y aunque estén en la calle, la gente no destroza algo que sabe que salva vidas”

Andrés Íñiguez, jefe de servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo y presidente de la FEC

“No necesariamente tiene que partir de una política de máximos, se trata de comenzar y comprometerse. Estos aparatos son caros, por eso nos adaptamos a las circunstancias de cada municipio. En algunos lugares hemos empezado a instalar cinco este año y al año que viene más, por ejemplo”, apunta en referencia a que no necesariamente se necesita contar con un aparato por cada 100.000 habitantes, aunque sería lo ideal y lo que desde la fundación desean.

La FEC tiene acuerdos con casas comerciales que venden estos desfibriladores. “Estas empresas con las que están certificadas para instalarlos, dar formación y realizar el mantenimiento de estos aparatos”, remarca el presidente de la fundación que además recuerda que esto está implícito en el acuerdo.

Hay dos distintos tipos de modelos, por un lado, están los que se sitúan en dependencias y por otro, los que se colocan en ‘tótems’ o columnas. “No hemos visto que nadie los vandalice por el momento. La ciudadanía sabe que es algo bueno y aunque estén en la calle, la gente no destroza algo que sabe que salva vidas”.

La App

Una de las partes más fundamentales del proyecto es el uso de la App Ariadna, que la FEC ha desarrollado junto a la Cruz Roja.

Esta herramienta permite geolocalizar el desfibrilador más cercano al punto de la parada cardiorrespiratoria que haya en la población.

“La Cruz Roja nos apoya con sus más de 40.000 voluntarios. Junto a ellos hemos construido una red de personas cualificadas en reanimación”, recuerda Íñiguez.

La aplicación permite no solo geolocalizar el desfibrilador más cercano, sino que además pone en alerta a través del teléfono al voluntario que más cerca de encuentre del punto de la parada. Esto ayuda a reducir el tiempo en el que los pacientes son atendidos y, por lo tanto, ayuda a salvar vidas.

“Aún nos queda por desarrollar una tercera fase de la App que consistiría en avisar directamente al personal de emergencia 016 o 112 de cada comunidad en vez de tener que hacer una segunda llamada”, apunta Íñiguez que asegura que están trabajando en ello, a pesar de las dificultades de organización que con conlleva cerrar este punto.

Actualmente grandes municipios como Málaga y Vigo cuentan con el certificado de ciudades cardioprotegidas. En relación con esto, otra de las iniciativas que esta tomando la FEC para ayudar a proteger las ciudades es implantar un desfibrilador también en cada farmacia comunitaria.


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