José A. Rodríguez Barcelona | miércoles, 12 de abril de 2017 h |

Siempre lo tuvo claro. Él quería ser cirujano del corazón y pasar horas y horas en los quirófanos intentando reparar el órgano que se encarga de bombear sangre al resto del organismo. Y, hoy día, además de su labor en el Centro Médico Teknon, es director del programa de Cirugía Cardíaca de CMT y Hospital El Pilar / Centro Cardiovascular Sant Jordi.

Pregunta. ¿Por qué siempre quiso ser cirujano cardiaco?

Respuesta. Es una profesión que me estimula mucho. No se trata de una cirugía únicamente de manos, sino que también exige mucho mentalmente. Son enfermos con riesgo, lo que implica mucha presión. Los cirujanos cardiacos sabemos cuándo entramos en el quirófano, pero no cuándo salimos. Hay operaciones que llevan dos o tres horas, pero hay intervenciones que exigen diez horas o más.

P. ¿No pasan factura estas intervenciones tan largas y con tanta presión?

R. Todos los que nos dedicamos a la cirugía cardiaca estamos acostumbrados. Y se aguanta bien. Pero sí que es verdad que hay mucha tensión. Tienes que estar pendiente de muchas cosas: de la anestesia, de la perfusión, de la hemodinámica… De este modo, también es verdad que el tiempo pasa muy rápido.

P. Y, síntoma de su buen corazón, decidió poner en marcha el proyecto CardioDreams.

R. Se trata de una fundación sin ánimo de lucro con la que podemos operar a personas jóvenes de países en desarrollo que de otra manera no tendrían acceso a la cirugía cardiaca. Aquí, a veces, nos quejamos de las listas de espera o de que no podemos elegir al médico que deseamos, pero tenemos una medicina de calidad a nuestro alcance. En cambio, en el resto del mundo, hay millones de pacientes que no tienen la posibilidad de ser operados del corazón cuando lo necesitan.

La fundación está formado por profesionales del equipo de cirugía de Teknon, y las llevamos a cabo en este centro. Aquí hemos encontrado un caldo de cultivo muy adecuado. El centro siempre nos ha abierto las puertas para realizar esta labor.

P. ¿Qué le aporta a usted a nivel personal esta fundación?

R. Todo. Me permite sentir que estoy haciendo algo por los demás. Creo que todos, en nuestro trabajo, debemos plantearnos qué podemos hacer por los demás.

P. ¿Qué intervenciones quirúrgicas son más difíciles hoy en día?

R. Más que de tipo de operaciones, hablaría de tipo de pacientes. Hoy día operamos del corazón a pacientes con factores tan complicados como la edad avanzada, la fragilidad, reintervenciones, insuficiencia renal, patología respiratoria crónica… Pero, por suerte, las técnicas han avanzado muchísimo en los últimos años.

P. ¿La vida moderna, con tanto ajetreo, es un peligro para el corazón?

R. Yo creo que todo el mundo sabe que hay hábitos poco saludables, como el tabaco, el colesterol, la tensión alta, el azúcar, la falta de ejercicio… Pero, aparte de todo esto, yo creo que es fundamental afrontar la vida con felicidad y con ganas de luchar. Yo creo que la gente feliz vive más tiempo.

P. Y a ti, ¿qué te rompe el corazón?

R. No poder ayudar a todos mis pacientes. O ser consciente de que las personas que operamos en la fundación estarían muertas en seis meses si no fuera por la intervención.

PÍLDORAS

¿Un país que te haya impactado? India, allí me di cuenta que para mucha gente es posible ser feliz aunque no tengan casi nada.

¿Una novela? Hombres de blanco, una novela ambientada en el mundo de la medicina que me motiva como médico.

¿Una ciudad? Barcelona.

¿Un sueño por cumplir? Seguir ayudando con mi fundación a operar del corazón a muchas más personas.

¿Cree que hay gestores sanitarios que tienen muy poco corazón a la hora de tomar decisiones? Creo que este tipo de decisiones son muy complicadas.