Alrededor de 4.000 profesionales relacionados con las urgencias (médicos, enfermería y técnicos) se han dado cita recientemente en Vigo en el marco del XXXIII Congreso Nacional de SEMES. Un encuentro previsto inicialmente para 2020 pospuesto por la pandemia.

La presidenta de su Comité Científico, María Teresa Maza, analiza con GACETA MÉDICA las conclusiones de este foro en el que se han planteado los retos a los que tienen que hacer frente los profesionales que forman parte de estos equipos multidisciplinares, con la petición de la especialidad como telón de fondo.

La dinámica en los servicios de urgencias se ha transformado en estos años. El impacto de la pandemia, no obstante, no ha sido igual en todos los servicios, puesto que la crisis sanitaria no les golpeó por igual, asegura Maza. “Fue una situación en la que hubo una respuesta excelente por parte de los profesionales. Al tener que mantener la asistencia urgente, estuvimos atendiendo a la población durante toda la pandemia, en algunas ocasiones siendo casi el único recurso disponible por determinadas circunstancias”, afirma.

Esa primera línea ha permitido también una mayor visibilidad para su trabajo. “Ha hecho que se valore más nuestra labor a nivel social, e incluso desde otros colectivos médicos“. “Es un buen punto de partida para replantear el uso de las urgencias, la importancia de los servicios, y el lugar al que nos queremos dirigir”, añade.

Tras esta etapa, Maza considera que los servicios de Urgencias también se ven “muy amenazados” en el sentido de que ha aumentado el número de asistencias, hay mucha demanda, y es de una mayor complejidad y pluripatología. “El reto de los servicios es grande y vamos a tener que abordar un paciente en unas circunstancias complejas”, reconoce.

Una situación anacrónica

Por otra parte, todos los participantes en el encuentro han cerrado filas en la urgencia de la creación de la especialidad. “Lo que queremos es que estos apoyos verbales se concreten en acciones reales. Está clarísimo que en Europa es una realidad ya difundida, no nos podemos quedar tan atrás, porque no tiene ningún sentido. El hecho de no tomar medidas ya tiene impacto sobre la seguridad del paciente”, advierte. “Cada uno de ellos se merecen que cuando tenga que verlo un cardiólogo lo vea correctamente formado y que cuando lo vea un urgenciólogo lo vea de manera reglada”, sentencia la portavoz, que califica la ausencia de especialidad en España como una situación “inconcebible y anacrónica”.

A lo largo del congreso, también se han puesto sobre la mesa diferentes códigos de actuación en el terreno de urgencias, con iniciativas interesantes en salud mental y VIH, entre otros. De hecho, Mazas recuerda la función importante que realizan como centinelas del sistema sanitario.

“Hay que ver dónde podemos aportar valor de forma colaborativa con otro tipo de redes para que los pacientes que llegan de manera colaborativa a urgencias no caigan en el olvido y no queden mal atendidos. Pacientes en riesgo de suicidio, de maltrato, o en riesgo de exclusión social. El sistema tiene que darles una respuesta clara y tiene que quedar protocolizado”, concluye.


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